TMtás que por razones ideológicas, algunos políticos irritan por la ignorancia y la falta de rigor que se desprende de sus afirmaciones, un dechado de frivolidad y brocha gorda. La semana pasada hemos tenido el ejemplo de las declaraciones a 'Las mañanas de Cuatro' del portavoz adjunto del PP en el Congreso. Rafael Hernando afirmó que "las consecuencias de la República condujeron a un millón de muertos".

Además de apuntarse a la tesis de los historiadores franquistas y revisionistas, que culpan a la República de la guerra civil, Hernando abona el tópico del millón de muertos cuando las investigaciones más solventes calculan que entre la guerra y la posterior represión las víctimas mortales fueron algo más de 600.000, incluyendo los 150.000 muertos por la violencia sectaria en la retaguardia del bando sublevado, los 55.000 de la zona republicana y los 50.000 ejecutados en la primera década de la dictadura ('Breve historia de España del siglo XX', de Julián Casanova y Carlos Gil Andrés . Ariel, 2012). Demasiados muertos, pero no tantos como señala Hernando.

En las mismas declaraciones, a propósito de la exhibición por jóvenes del Partido Popular de banderas franquistas, Hernando instó al PSOE a expulsar a sus militantes que enarbolen la enseña republicana por ser tan inconstitucional como la otra. Con ese razonamiento, el lenguaraz portavoz de los populares equiparaba la bandera de un régimen legal y democrático con el símbolo de una dictadura. Sin comentarios.

Pero nada nos puede sorprender de alguien que ha responsabilizado a los padres de la malnutrición de sus propios hijos, ha llamado "pijo ácrata" al juez Santiago Pedraz , ha retado a un tuitero a partirle la cara, ha tachado de "patraña" los papeles de Luis Bárcenas , ha justificado la retirada de la asistencia sanitaria a los inmigrantes indocumentados porque España no puede ser "el paraíso de la inmigración ilegal" y ha tildado a Javier Bardem de "gran villano". Un genio.