El pleno de ayer en la Asamblea estuvo casi monográficamente dedicado a analizar la caótica situación que atraviesa nuestra sanidad pública, desde que padecemos las brillanteces del consejero de Sanidad de Vara.

No hubo sorpresas. Todo ocurrió en base al tradicional guión socialista, que no admite la autocrítica y que se enroca en la justificación de lo injustificable.

José María Vergeles sacó a pasear su altanería, el PSOE le sirvió de escudo y Vara le elogió. Todo en orden, excepto para los extremeños.

El presidente del club de fans de Vergeles, a la sazón presidente de la Junta, se empeñó en sostener que su consejero de sanidad es «el mejor que ha tenido Extremadura» y presumió de los premios que acumula, aunque se dejó unos cuantos en el tintero que hoy quiero recordar.

Vergeles es el consejero con el premio a la mayor ofensa escrita jamás contra los pacientes de esta región, por la ya famosa frase recogida en el II Plan Operativo de Listas de Espera del SES, donde las califica como «un período de reflexión para que los pacientes decidan si quieren o no operarse».

Vergeles es el consejero con el premio al enchufismo, por arruinar la empresa pública Gisvesa, con el desembarco de cargos y excargos socialistas.

Es también el consejero con el premio a la ocultación de información, con más de 20 quejas formales de la Asamblea por no remitir datos solicitados.

Y es el consejero con el premio al más investigado, por tener dos comisiones de investigación abiertas a la vez, algo inédito en la historia del parlamentarismo extremeño.

Vergeles tiene el premio a la falta de personal en los hospitales; de los contratos basura a los profesionales; de los quirófanos con moscas; de los contagios de hepatitis; de las mesas de operación a las que se les caen las patas.

Tiene el premio al reciclaje de sábanas del servicio andaluz de salud y el del desmontaje de las empresas extremeñas de las ambulancias.

El verdadero palmarés del consejero está lleno de trofeos que no se compran y que se ha ganado a pulso. Son todos los que están, pero no están todos los que son.