El proyecto de Presupuestos del Estado para el 2010 recoge unas inversiones para Extremadura que constituyen una suerte de ducha escocesa, puesto que hay datos que ponen de manifiesto que la región sale beneficiada, mientras que hay otros que indican exactamente lo contrario.

Tomados en su globalidad, los Presupuestos tratan bien a Extremadura porque, en un contexto de crisis económica como el que padecemos y de obligada contención del gasto, el Estado prevé derivar a la región 790 millones de euros, un 6% más que el año pasado. Extremadura es, después de La Rioja, la autonomía donde más crece, porcentualmente hablando, la inversión estatal. El hecho de que solo en estas dos comunidades haya crecido la inversión respecto a los Presupuestos del 2009 (junto a la ciudad de Ceuta y el País Vasco y Navarra, cuya subida es un ajuste técnico por sus condiciones singulares), ayuda a valorar el trato que el Estado quiere dar a Extremadura el próximo año. Además, la inversión por habitante también favorece a los extremeños: situada en 718 euros, está 211 euros por encima de la media nacional. El año pasado, los extremeños también recibían más que el conjunto de los españoles, pero la diferencia era menor: 126 euros.

Sin embargo, los Presupuestos son muy cicateros con Extremadura en lo que se refiere a los grandes proyectos de infraestructuras. La gran obra, la del AVE, no solo sufre un nuevo retraso y ya hay inversiones previstas en el 2014, cuando hasta ahora la fecha límite manejada por los responsables políticos era el 2013, sino que sufre un recorte del 63% de la inversión que los Presupuestos actuales tenían previsto para el año próximo. La prolongación de los planes de esta obra es ya una tradición tan asentada que hasta se podría aventurar que en los Presupuestos que el año que viene se elaboren para el siguiente recogerán que el AVE no acaba en el 2014, sino en el 2015. De igual modo, es tradicional rebajar las inversiones previstas. El año pasado, cuando el Gobierno presentó su proyecto de Presupuestos para el presente, ya contemplaba una rebaja de 138 millones respecto a lo que se había comprometido. Pero lo ocurrido ahora es un tijeretazo en toda regla: cuando se esperaba que el 2010 fuera el gran año en la inversión de la Alta Velocidad en la región, las inversiones pasan de 871 millones a 323: 548 millones se han quedado en el camino. La magnitud del recorte se sitúa mejor teniendo en cuenta que el conjunto de las inversiones en Alta Velocidad en los diez proyectos que están en marcha en España alcanzan los 5.160 millones de euros (un 10% más que el año pasado) y que la línea entre Madrid y Extremadura es la más perjudicada: ninguna otra sufre un recorte de casi dos tercios, mientras que cuatro recibirán más inversión este año que el pasado. Si a ello se le une que los dos grandes proyectos de autovías interregionales (la del Levante y la de Granada) siguen en la misma postración que los últimos años, la conclusión es que el Gobierno considera que estas obras de infraestructura en Extremadura son su última prioridad.