TEtrase que era una cieguita y un príncipe, presentes en la última edición de los Premios Príncipe de Asturias, en Oviedo. No, no contaré un cuento, mas sí hablar de ellos y de un perro labrador, primer animal que ha pisado el Teatro Campoamor. Los tres focalizaron las miradas del público, a pesar de estar entre ilustres personajes. El príncipe, un mocetón de barba entrecana, más Grecia que Borbón, de finos modales y gesto sobrio; la niña invidente, con su rebeca azul y medias del mismo color, cara ancha, ojos nublados, pero vivaces, y un can de color canela, llamado Brezy , sumiso y atento a su dueña, Cristina Luchese , que junto a Miguel Carballeda , presidente de la ONCE, recibían el Premio a la Concordia. El príncipe era Felipe , heredero de la Corona, y la cieguita, que toca el piano como los ángeles, Liv P.Canti . Hay un instante en que ambos y la bella princesa Letizia , que mira sonriente a la niña, componen una deliciosa escena, en que el Príncipe le dice cosas al oído.

Todo un gesto de ternura, que sus nublados ojos reflejan, mientras ponía toda su atención en las palabras de ese príncipe inteligente y grandote, padre de dos hijas tan rubias como ella. Era señal de que escuchaba cosas bonitas, que iba a guardar para siempre.¿Le dijo que era ejemplo de muchas niñas de su edad? Seguro que fue algo inolvidable para Liv, que le hará dar, ilusionada, su granito de arena por su país, en la senda marcada por el Príncipe, que cubre con destreza el hueco temporal que dejó su padre, el Rey. La senda de recuperar la grandeza de una Nación, cuyos Premios reciben altos personajes, que conocen bien la brillante trayectoria histórica de España.

Liv estrenó nuevo bastón para el largo camino que recorrerá cual especial ciudadana, por ser invidente, llevando en su pequeña mochila un montón de ilusiones, para no quedar rezagada de sus compañeros de colegio, tras el futuro que invocó Peter Gruss , símbolo de Cooperación Internacional. Mientras, las gaitas tocaban el himnode Asturias; fuera, gran asombro ante la sentencia de Estrasburgo; la NSA ensuciando a Europa con su espionaje y seis mineros muertos por el grisú asesino de una mina. Más graves acusaciones sobre la UGT de Andalucía, más una fotografía, que manchada de silencio cobarde, mostraría la torva mirada del etarra Kantauri .