Una vez llamé al departamento de prensa de un gran grupo editorial para explicar que queríamos invitar a uno de sus escritores al programa de tele en el que trabajaba. Me respondieron que ese autor ya no lo tenían de promoción, que si queríamos nos enviaban a otro que sí que acababa de sacar novedad.

Hace unas noches, siguiendo por Twitter la entrega del premio Nadal (que los premios son promoción es una cosa que todo el mundo sabe), pensaba que el libro premiado también caducaría. Todas las editoriales dedican parte de sus recursos a dar a conocer sus novedades: en el caso de las pequeñas suele ser el mismo editor quien se pasea por las librerías, llama a la prensa y cuelga los tuits; en el de las grandes, departamentos enteros de márketing y prensa trabajan en ello full time.

Pero, ¿qué pasa cuando la novedad caduca o llega el siguiente premio gordo? Pues eso: que la persona contratada para acompañar al autor a la tele está ocupada con otro autor; en las librerías se desmontan los expositores promocionales para hacerle sitio al siguiente título; el libro estrella del mes anterior deja de estar en depósito y las pilas que hasta entonces nos recibían al entrar a la gran superficie quedan arrinconadas en una esquina de una mesa en la que solo hay sitio para dos o tres ejemplares que, si se venden, ya no será repuestos. Fin.

Es increíble la rapidez con la que algunas editoriales pasan página. Según el buscador de Twitter, salvo una mención especial que le hicieron el 30 de diciembre al acercarse la fecha del premio, el último tuit exclusivo que Destino le dedicó a Los crímenes de Alicia, de Guillermo Martínez, es del día 15 de febrero, cuando no hacía ni mes y medio que había ganado el Nadal.

¿Cómo se aguantan los libros que llegan más allá? Gracias a los lectores que los siguen pidiendo y a una editorial que los sigue acompañando: lo hemos visto este año con Lectura fácil, de Cristina Morales, y Canto jo i la muntanya baila, de Irene Solà. Ambas novelas se dieron a conocer vía premio también, pero a diferencia de «Los crímenes…», han aguantado en el top de ventas muchos meses después.