El PSC ha convocado este domingo a su Consejo Nacional para que bendiga la decisión de la cúpula dirigente de oponerse a que el Parlamento catalán, a instancias de CiU, ERC e ICV, solicite al Congreso las competencias para convocar una consulta, conforme a lo que estipula el artículo 150.2 de la Constitución. La dirección y los sectores críticos han planteado la votación de hoy como un pulso casi definitivo entre las (mal llamadas) dos almas del socialismo catalán, que bien podría acabar en la expulsión de los portavoces de las tesis minoritarias o en una escisión. Un pésima noticia para la sociedad catalana en su conjunto, para la izquierda democrática y para el socialismo español. Y una decisión demasiado trascendente como para tomarla a propósito de una votación parlamentaria promovida con más intereses tacticistas que visión estratégica. El desafío socialista es ser la voz de los catalanes que no quieren embarcar en ninguno de los trenes en vías de colisión.