Los primeros Ayuntamientos democráticos, al comienzo de su andadura tuvieron que ser auxiliados económicamente y sus cuentas quedaron más o menos a cero, era el comienzo de la primera legislatura de la democracia 1979-1983, y una vez estabilizados empezaron a coger competencias que después se le fueron aumentando en la realidad originando situaciones difíciles de mantener, sobre todo ahora con la crisis que se está atravesando, lo que ha motivado la decisión del Gobierno de acudir en su auxilio subvencionando a muchos de ellos.

Ahora se está elaborando la gran reforma de la administración que tiene como objetivo asegurar que los servicios públicos se presten de la forma más eficiente y al menor coste posible. Ello comportará un compromiso con la estabilidad presupuestaria por parte de todas las administraciones públicas, también la local, y se exigirá un compromiso con la más absoluta transparencia en sus cometidos, una reestructuración y racionalización de todas ellas y una reducción de los gastos.

La Constitución consagra la existencia de tres niveles administrativos: Central, Autonómico y Local, los tres tienen el mismo rango institucional, pero históricamente la peor tratada en muchos aspectos, ha sido la administración local, que por su cercanía a los ciudadanos, es a la que primero se le exige la resolución de los problemas que se plantean en los pueblos y ciudades, siendo además los ayuntamientos ,los que han venido recibiendo más competencias y sin embargo, paradójicamente, cada día han venido disponiendo de menos medios para cubrir dichas competencias.

XEL PROYECTOx de Ley para la Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local que elabora el Gobierno tiene el objetivo de "evitar duplicidades y prestar mejores servicios", y quieren que entre en el Congreso a mediados de julio para que pueda estar aprobada antes de finales de este año. La Comisión que elabora el proyecto tiene una ardua tarea pues además de integrar su proyecto en la reforma general de las administraciones públicas, ha de contemplar singularidades históricas existentes a causa de la propia identificación de las personas con su lugar de nacimiento, donde han realizado su vida, es decir en los municipios, a los que se identifican teniéndolos como algo propio y personal.

Conseguir que cada Administración realice las actividades que debe prestar con más eficiencia: sin duplicidades, simplificando los trámites, ordenando el número de entidades y aumentando la eficacia reduciendo los gastos, ese es el objetivo que hay que alcanzar. No se trata de privatizar ni suprimir servicios, sino de clarificar las competencias y que cada administración "haga lo que tiene que hacer y con la financiación para garantizar los servicios a los ciudadanos vivan donde vivan".

La vida y la historia de muchas generaciones se encuentran entre las paredes de esos pueblos de España, muchos de ellos de muy escasa población y con muchas dificultades de subsistencia. A pesar de su poca población, difícil de mantener, tendría gran importancia para muchos si se borran las huellas al desaparecer su ayuntamiento.

El concepto "mi pueblo" no debe ser entendido como algo propio frente a nadie ni a nada, sino más bien como algo con personalidad singularizada que se une a la de los demás pueblos para constituir la riqueza moral y cultural común de todo un pueblo que se llama España.