Escritor

Entretanto nos desayunamos sobre si Sadam está ya cadáver, nos vamos olvidando del propio cadáver nuestro de cada día, donde en el último mes de marzo los precios han subido un 0,7%.

¿Ustedes han visto salir por televisión al señor Rato? Nadie, nadie lo ha visto. Está como Sadam: desaparecido. Lo peor es que este amante de las finanzas familiares pretende ser presidente del Gobierno, de esa terna que nos pone los pelitos de punta. Bueno, pues no se sabe nada, y como la guerra ha desviado nuestra atención, algún día amaneceremos como la Biblioteca Nacional de Irak, o sea, todos chamuscados. La subida del coste de la vida es, simplemente, una barbaridad. Este gobierno detestable ha llegado y sobrepasado el llamado principio de Peter. Más nos parece imposible. Pero todo parece que va a más. Además, pasa que ya nos podemos quedar sin saliva y sin respirar, que no pasa nada. Aquí el problema sigue siendo el vasco, que yo entiendo que con la nueva constitución europea va a importar poco. ETA parece que está callada, o los obuses de Bush la han callado, o ya están dando resultado los habíos de Bush con Aznar. Por si acaso, cuando escribo estas líneas, la Primera de TVE nos recuerda el atentado de Aznar. Están en todo menos en el coste de la vida.

Y el punto más que negro es el cerillazo a la biblioteca de Irak, donde entre todos la mataron y ella solita se murió, no sin antes ser desvalijada por oscuros intereses. Es decir, que lo quemado es lo de menos. Lo importante al parecer es lo expoliado, como si en esta guerra hubieran estado implicado libreros de viejo, o algún miembro del Pentágono conocedor de la pasta que almacenaba esa biblioteca. Resumiendo: no termina uno de asombrarse de que hasta ese extremo hayan llegado.