Rafael Nadal dio ayer un paso de gigante hacia su segundo Wimbledon al ganar al sueco Soderling, su ´bestia negra´ el año pasado en Roland Garros. La victoria de Nadal tiene más mérito porque la consiguió sobreponiéndose al primer y arrollador set de su oponente y a la lesión que arrastra en las rodillas, y que le impide jugar la eliminatoria de Copa Davis contra Francia.