TEtl presidente quiere amarrar las elecciones. La Moncloa filtra las estrategias antes de que se pongan en marcha; tal vez no esté segura de que se materialicen. María Teresa Fernández de la Vega azuza a los subsecretarios y a los ministros. Aires de movilización general. Los mensajes emitidos son sencillos: se van a publicitar las políticas que han permanecido ocultas, cohesión social y territorial. ¿No será, sencillamente, que solo han existido en el papel? Hay una confesión indirecta de culpabilidad. No se enarbolaron otras políticas porque los focos estaban puestos en la negociación con ETA y en las reformas estatutarias. Lo segundo, en parte, era una consecuencia de lo primero: había que ensanchar los estatutos para encajar el diálogo con ETA en una reestructuración de la autonomía vasca apoyada por el PNV. La nueva situación necesitaba precedentes. La obsesión por la negociación no tenía plan B porque el presidente tiene una fe religiosa en sus propias ocurrencias. Lo demás, las políticas sociales de Jesús Caldera , no tenían sitio en los telediarios porque todos los ocupaba Otegi . Ahora la fiebre de la paz se da por amortizada. Nadie quiere reivindicar el Estatut. Para Pasqual Maragall , su padre intelectual, ha sido un error. ERC votó en contra, lo que no le ha impedido seguir en el Govern. La abstención en el referendo demostró la indiferencia de la mayoría. El colapso de infraestructuras de Catalunya y la incapacidad de la Generalitat de dar una respuesta coherente tampoco son un banderín de enganche para las reformas territoriales de Zapatero . Ahora, con prisas, el Gobierno proclama la intención de cambiar sus políticas. Ahora, Zapatero ha descubierto la necesidad de que se hable de España y del Gobierno de España. Parece que se le ocurrió en el extranjero. Nunca es tarde. Quedan unos meses para hacer lo que se podía haber hecho cómodamente en una legislatura. Al final, a Zapatero no le van a salvar ni su talento ni sus políticas. Su aliado es Mariano Rajoy . Si no existiera, el PSOE tendría que inventarlo. Rajoy acudirá en marzo para apuntalar a Zapatero en la Moncloa. El presidente es un hombre con suerte.

*Periodista