El catedrático Fernando González Ollé, al que llamábamos Ferdi por venerar a Ferdinand de Saussure, solía repetirnos en clase de Historia de la Lengua, una sentencia del estructuralista: − «En el lenguaje»... − comenzaba en tono provocación, con su media sonrisa cariñosa y tiránica balanceándose desde su gran altura sobre las puntas de los pies, y se callaba SEnD «no tiene razón el que la tiene, sino el que la impone», continuábamos nosotros. Y de tanto salmodiarla, terminamos por hacerla nuestra.

La nostalgia me recupera aquellos años diferentes como una época muchísimo mejor que esta, claro, pues entonces tenía más futuro que pasado. Y en unos años en que la dictadura estaba todavía próxima, lo de imponer la razón sonaba fuerte, y así el sabio profesor destacaba que las lenguas son ente vivo, se forman por la voluntad de los hablantes y ni trabas ni normas valen cuando un fenómeno lingüístico se implanta y triunfa, por las razones que sea.

Siglos han pasado desde aquel tan parodiado «limpia, fija y da esplendor» de la Real Academia. Ahora el diccionario acoge los términos y usos más comunes, en un enorme esfuerzo de actualización y la institución ha dejado hace mucho de ser una cosa mohosa, casposa y erudita en cuyas paredes orinaran a gusto los rebeldes de la Generación del 27. Sin embargo, sigue existiendo un español bien hablado y otro maltratado. Y por eso resulta tan desesperante la ceguera de quienes, sin respeto alguno por ese tesoro que es de todos, se pliegan a complejos de mala conciencia y ridiculeces variopintas por politiqueces correctas.

El género masculino, en español, es el género no marcado. Repetir hasta la saciedad el «todos y todas» en la enorme gama de sus cansinas variedades no añadirá derecho alguno a las mujeres. Ni igualdad ni visibilidad. No se cambia el lenguaje desde arriba para cambiar la sociedad. Es esta la que con su potencia provoca los cambios. Y por mucho que quieran imponernos los políticos sus memeces no harán más que perder el tiempo e indignar a los españoles que saben hablar.