Los hosteleros cacereños se han declarado en rebeldía este fin de semana en protesta por la política municipal en el recinto ferial. Un total de 18 establecimientos situados en La Madrila y plaza Mayor permanecieron abiertos durante toda la madrugada del domingo burlando la norma que establece el horario de cierre. El ayuntamiento ha avisado que actuará con contundencia para evitar nuevos incumplimientos de la ley.

La posibilidad de encontrar puntos de encuentro entre empresarios y ayuntamiento, que posibiliten una solución que contente a todos, cada día, cada noche, es una cuestión más remota. Son muchas las heridas que permanecen abiertas sin que éstas lleguen a cicatrizar, con el reproche como principal moneda de cambio entre las partes. A este mapa cacereño de la movida nocturna se ha sumado esta semana la queja más sonora de los vecinos de Puerta Palmas en Badajoz, quienes se quejan de los efectos del botellón .

La noche extremeña está que arde y para apagar los ánimos los respectivos ayuntamientos deberían hacer un ejercicio de humildad y reconocer que alguna asignatura ha quedado pendiente en el desarrollo de la ley que regula el ocio nocturno. De poco vale dirigir las quejas hacia las presuntas estrecheces del marco legal vigente.