TTtiene el Gobierno, a veces, atisbos de preocupante intervencionismo al abordar la telebasura , cuestión en la que, si las propias televisiones no se autorregulan, las regulará el Gobierno. Dicho por el mismísimo Zapatero . Lo que habría que ver es qué entiende cada cual por telebasura . Y qué entiende cada cual por autorregulación y, sobre todo, por regulación.

El Gobierno siempre da los gritos de ritual antes de envainar la espada. Una estrategia tan repetida que forzosamente no puede ser casual. Lo mismo con las teles, peligroso elemento que galopa incontrolado: primero, asustar, luego, seguramente nada.

Conste que quien suscribe es enemigo de la telebasura . Me parece despreciable aprovechar un medio de comunicación para atizar las más bajas pasiones del personal, para reírse de pobres gentes que venden su historia por un plato de lentejas o para divulgar las más aberrantes muestras de incultura. Y lo peor de todo es que esos programas son los más vistos. Un primer aplauso, por cierto, para algunas televisiones públicas, que están modificando su programación, sin importar las cuotas de pantalla, para dignificarla.

Pero a quienes dicen combatir la telebasura desde sus pretensiones reguladoras no les basta con eliminar o, al menos, situar en horas de mínima audiencia programas sonrojantes; quieren extender el concepto de telebasura incluso a los informativos que les parecen parciales. Llevadas las cosas a ese extremo, y dadas las reacciones subjetivas que provoca la televisión, llegaría el momento en el que sería imposible emitir una sola imagen.

Y es ahí donde me asusta la actitud potencialmente intervencionista del Gobierno.

*Periodista