WEw l paro supera los cuatro millones, el déficit se dispara hasta el 11,4% del producto interior bruto (PIB) --dos puntos más que lo previsto inicialmente por el Gobierno-- y la deuda se va a elevar desde el 55,2% del 2009 al 74,1% del PIB en el 2013, con una subida de casi 20 puntos. Estos datos, el aumento de los intereses de los bonos del Tesoro y el peligro de que las agencias de calificación rebajen la nota de España, provocaron ayer un hundimiento de la bolsa (-5,9%) en niveles que no se recordaban desde el otoño del 2008, en pleno estallido de la crisis financiera. La caída libre alcanzó a todos los sectores. Un dato que expresa el nivel de la debacle es el del Banco Santander, que presentó unas ganancias extraordinarias de 8.950 millones y que, a pesar de ello, se vio arrastrado (-9,4%) por la oleada de desconfianza de los mercados internacionales en la economía española.

La gravedad de la situación, aderezada por la incompetencia del Gobierno al explicar las necesarias medidas que está tomando (reforma de las pensiones la semana pasada, reforma laboral, según se anuncia, en el Consejo de Ministros de hoy), arruina la credibilidad de Rodríguez Zapatero, cuyo liderazgo se tambalea. La sensación de desgobierno, de improvisación, de pérdida de los pocos aliados que le quedaban al Gobierno, de haber tomado medidas tarde y no por el orden adecuado, están sumando a nuestro país en el desamparo.

Zapatero se encuentra en el peor momento de sus seis años en la Moncloa y así lo refleja la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), en la que su valoración se hunde hasta un 3,98, superado por Rosa Díez (la mejor valorada, con 4,08). Todos los ministros suspenden y el PP aventaja al PSOE en 3,8 puntos en intención de voto.

A pesar de esta situación tan adversa, el PP no puede lanzar las campanas al vuelo. Los populares caen un punto (el PSOE baja 1,5 puntos) y Mariano Rajoy es peor valorado aún (3,5) que Zapatero. La desafección es general y los ciudadanos tampoco confían en las recetas de la oposición, que, sin embargo, amaga con pedir elecciones anticipadas o presentar una moción de censura. El ruido que no falte.

Pese a su batacazo en la bolsa, el presidente del Santander, Emilio Botín, salió ayer en defensa de las medidas anunciadas por el Gobierno. Lo mismo hizo el director del Fondo Monetario Internacional. ¿Será suficiente este frente defensivo ante el ataque especulativo que sufre la economía española? Lo peor es que hay razones de fondo para ese ataque. Por eso Zapatero no puede esperar más, debe comparecer hoy tras el Consejo de Ministros y explicar qué medidas va a tomar, además de las anunciadas, y con qué aliados las aprobará.