El primer debate electoral entre José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy no defraudó a una audiencia que se presume millonaria. La estructura del cara a cara, correctamente moderado por el periodista Manuel Campo Vidal, permitió que los líderes del PSOE y del PP entraran con notable vivacidad en casi todas las materias que han presidido el largo debate preelectoral: economía, educación, inmigración, terrorismo, política territorial, etcétera. La táctica de Rajoy, el aspirante, fue atacar desde el principio, erigiéndose en portavoz de los males que afectan "a todos los españoles". Pero en muchas fases del debate Zapatero supo bloquear esos ataques estableciendo una pinza entre datos de sus cuatro años de gestión --especialmente contundentes en economía-- y referencias negativas a las dos legislaturas de gobiernos del PP.

EL GANADOR SEGUN LAS ENCUESTAS Eso es lo que permitió alpresidente del Gobierno ganar el debate a los puntos, es decir,sin llegar a noquear a su rival. Este juicio de emergencia, y en una materia que no es matemática, viene, sin embargo, avalado por las primeras encuestas conocidas ayer noche. Es muyposible que cada uno de los aspirantes convenciera claramente a sus parroquias respectivas. Pero donde se decide un debate electoral de este tipo es en las zonas tibias de la audiencia, en aquellas personas que no tienen un claro juicio formado antes de empezar el cara a cara. Y aquí el líder socialista estuvo por delante. Fue más creíble.

Mariano Rajoy tuvo sus momentos más brillantes al referirse a las subidas de precios de los productos básicos, al cambio de rumbo en la política antiterrorista --las conversaciones con el batasuno Arnaldo Otegi, hoy en la cárcel, por ejemplo-- y en la política de aislar a los populares firmada en el Pacto del Tinell. En esas fases, Rajoy fue un político contundente. Pero Rodríguez Zapatero supo presentarse ante la audiencia como un gobernante más progresista en territorios como la política exterior, el medio ambiente o la integración en nuestro país de los inmigrantes. En este último punto, el líder del PP mostró su perfil más conservador.

INCLINAR LA BALANZA A UNO U OTRO LADO Es poco probableque este primer debate entre los dos principales candidatos a la Presidencia del Gobierno mueva de forma significativa la intención de voto de los electores, pero sí puede inclinar el resto de la campaña, y hace mucho más apasionante la próxima cita televisiva, el próximo lunes 3 de marzo, a menos de una semana de la cita con las urnas. Pero lo que es indiscutible es que anoche salió ganando la democracia española con la celebración de un cara a cara --algo bastante habitual en otros países democráticos-- entre los dos dirigentes con posibilidades reales de formar Gobierno tras las elecciones del 9-M. Y todos debemos felicitarnos por ello.