El concejal de Obras del ayuntamiento cacereño gusta de pasear por el centro de la ciudad, aquel que tanto supo mimar durante sus diez años como presidente de la asociación de vecinos de esta zona. José Joaquín Rumbo de la Montaña (Cáceres, 28-6-1951), casado y con tres hijos, fue participante activo en la creación del movimiento asociativo cacereño. Maestro de Formación Profesional, funcionario de carrera, lleva a gala haber nacido en la calle Nidos, en pleno corazón de su ciudad natal.

Su gran cintura política le permite encajar con inusitada deportividad todos los envites que llegan a una de las concejalías más propensas a la crítica, hasta el extremo de esbozar una sonrisa cuando se ha visto obligado a declarar como imputado por un contencioso vecinal.

Su buen talante siempre se acompaña de una plena dedicación a lo que verdaderamente le gusta, que es el contacto directo con los problemas de los ciudadanos, al tiempo que mantiene que la amistad nunca debe estar reñida con los ideales políticos. Gusta decir que está al alcance de todos y, para ello, deja permanentemente abierta la puerta de su concejalía. A dos meses de culminar la legislatura, los representantes vecinales señalan hoy a Rumbo de la Montaña como merecedor de esa honrilla que sólo merecen aquellos políticos que han sabido disfrutar cumpliendo fielmente con sus compromisos.