He seguido, más o menos de cerca, las últimas evoluciones de Mariano Rajoy . Por ejemplo, la convención nacional de Sevilla la pasada semana. O la sesión de control parlamentario --bienvenidas Sus Señorías al tajo tras 33 días vacacionales-- al Gobierno. En todas las intervenciones del jefe de la oposición y posible máximo candidato a inquilino de La Moncloa he percibido un tono menos agrio hacia el presidente del Gobierno, más constructivo y mirando hacia delante. ¿Se acerca Rajoy a Zapatero ?

Cualquiera que eche un vistazo en profundidad a la situación política española percibirá que el futuro nos depara un gran pacto político para afrontar las más importantes de las reformas pendientes. Rajoy lo sabe, y Zapatero también: son dos patriotas, guste o no guste esta definición. El presidente nos dijo en su última entrevista que él habla con Mariano Rajoy "más de lo que la gente piensa". Estoy convencido de que es así. Y estoy convencido también, aunque no tenga pruebas fehacientes de ello --sí algunos indicios--, de que el líder del Partido Popular sabe con cierta certeza cuál es el futuro personal de José Luis Rodríguez Zapatero: alguna pista se le ha dado.

Puede que ello justifique esa deriva de Mariano Rajoy hacia una mayor moderación, hacia una mayor comprensión y quien sabe si hacia una mayor cooperación con el hombre que hoy representa al Gobierno de España. Sin Zapatero, el pacto futuro sería --nos lo han dicho muchas veces-- más fácil. Con alguien como, por ejemplo, Rubalcaba es más fácil pelear, y también entenderse en última instancia.

Interprete usted, inquieto lector, estas líneas como mejor le parezca. Yo creo que la sensatez se está imponiendo a marchas forzadas, a medida que la situación se adensa, en nuestras dos principales fuerzas políticas. Yo me limito a contarle cómo, a mi mejor saber y entender, están las cosas. Ojalá no me equivoque.