Tras unas semanas de confinamiento y otras paseando por el Parque del Príncipe el miércoles consideré que era hora de llegar hasta la plaza para hacerme una idea de hasta dónde llegan la prudencia y el miedo de los catovis. Algunas entidades bancarias cerradas y otras con largas colas de clientes en los cajeros y en las puertas, no menos comercios sin abrir y los que están a disposición de los escasos compradores luciendo un cartel advirtiendo que solamente admiten entrar a dos personas. Leocadia permanece en su sitio aunque cercada por unas vallas que no se si la protegen a ella del virus o protege a los que se atrevan a tocarla.

Los escasos paseantes circulamos por Pintores sin necesidad de llevar un metro para medir las distancias con el prójimo y por eso quizás algunos exageran y otros se quedan cortos. Un saludo necesita a veces retirar unos centímetros la mascarilla para que te identifiquen, porque la gran mayoría cumple con la prescripción y se protege y nos protege aunque no faltan quienes con aire de prepotencia, chulería o inconsciencia la evitan y se exponen a la mirada censora de los viandantes que piensan que en este país las invitaciones al civismo caen en saco roto en más ocasiones de las deseables. En la plaza no todas las terrazas están desplegadas y las que prestan servicio mantienen las distancias reglamentarias aunque añoran el turismo por lo que tienen pocos usuarios y acaso envidien a las situadas en otros espacios de la ciudad.

En resumen, una ciudad algo triste, recelosa, porque si algo caracteriza a los catovis es su amor por el paseo placentero, el saludo y la conversación distendida en la calle y ahora cualquier encuentro puede ser una amenaza. Algunos entendidos aseguran que muchas cosas van a cambiar pero no creo que eso se refiera a las terrazas porque se puede aguantar que no abran todos los bancos, ni todas las tiendas de vestido y calzado, ni por supuesto las bibliotecas y espacios culturales e incluso algunos de comida preparada pero que no abran las terrazas no se puede aguantar.

*Profesor.