WEwl PP reunió ayer en Madrid a miles de personas en un acto en defensa de la Constitución, presuntamente amenazada. Los populares cumplieron su promesa de que no habría exabruptos anticatalanes. La organización se empeñó en evitarlos, lo que demuestra hasta qué punto el PP es consciente de qué instintos ha despertado. Los discursos, como se había anunciado, ni citaron el Estatut. Pero a nadie le quedó duda alguna de que el rechazo a la propuesta del Parlament era el verdadero motivo de la concentración.

El líder del PP dijo ayer que la Constitución "no excluye a nadie" pero proclamó que en España "sólo" hay una nación. Su discurso sigue girando en torno a este silogismo: el Estatut atenta contra la Constitución; sólo el PP se opone al Estatut; por lo tanto, sólo el PP defiende la Constitución. Un argumento tan poco fiel al verdadero espíritu de consenso constitucional como el de los militantes populares que ayer aplaudieron la lectura de la parte del artículo 2 de la Carta Magna que proclama la "indisoluble unidad" y acogieron con silencio la que reconoce el "derecho a la autonomía". Queda claro con qué modelo de Estado se sentirían más cómodos, pero no es precisamente el que se pactó en el año 1978.