Escritor

Esta guerra de los aliados contra Irak recuerda bastante la guerra de España contra Marruecos, de la que salimos escaldados y con un ejército muy cabreado por la corrida en pelo que les dieron y terminamos pagando los platos rotos los mismos españoles, con el levantamiento del 18 de Julio. Por cierto, que ahora sale un libro glosado por Alonso de la Torre, donde se dan pelos y señales de la "columna de la muerte", o sea, de las tropas de Yagüe, que por donde pasaban no dejaban un republicano vivo. Con Irak esto no va a ser posible, porque Bush y compañeros mártires pretenden quedarse allí con un gobierno títere para manejar el negocio. En Extremadura eso no hizo falta. Se hizo lo que se hizo, y en Badajoz, al cumplirse los 25 años, hasta les dieron un homenaje, sin la menor repulsa popular. Pero los árabes no son como los que fueron aplastados, y te la guardan. Por eso la tradicional amistad de España con los países árabes está pasando horas muy bajas y quizás irrecuperables, una vez que nos hemos quitado la máscara. Pero no hay que perder de vista el kalashnikov, que es un arma que parece hecha para los árabes, aunque mi amigo Emilio hace encendidos elogios del Cetme, que él trabajó en la mili, pero en su lugar descanso.

Hay que pedir, y yo no sé qué espera don Antonio para hacer más rogativas y que acabe esto cuanto antes, y que gane la coalición, porque ésa es otra. Si ganara Sadam habría que ir pensando en un oscuro futuro de derrota, que sería terrible por sus consecuencias. Es decir, que encima de cornudos hay que pedir que no le pase nada al machista de Bush, porque sus consecuencias serían impredecibles para todos, sobre todo para el halo de impotencia que dejaría en Occidente. Es decir, que los que nos manifestamos contra la guerra es, sobre todo, porque tememos sus consecuencias, y no digamos si después de ésta queda vivo y coleando Sadam. Los que la comenzaron, si tuvieran que repetir la experiencia, no se hubieran marchado nunca los inspectores de la ONU. Y no sólo eso, nada sería igual a lo que está sucediendo, que es un desastre.

Las luces las pusieron nuestros compañeros Diego González, Juan Carlos Zambrano y Borja Guerrero en los premios de la Económica de Amigos del País en Badajoz, que arrasaron. ¡Somos los mejores!