La celebración del Día de Extremadura ha resucitado 30 años después el debate sobre la identidad de los extremeños. Discusión que ya surgió con el nacimiento de la autonomía como forma de alumbrar un camino regional propio que aunara nuestra forma de ser y de sentir con nosotros mismos y con los demás. Una labor más que necesaria por entonces en nuestro territorio falto históricamente de cohesión, unidad poblacional y proyectos conjuntos.

Esta vez el debate ha surgido a raíz del vídeo editado por la Junta con motivo del 8 de septiembre y que lleva por título "Volvemos a ser". La descripción exhibida del tango y que se supone extrapolable a Extremadura y a los extremeños ha resultado llamativa y desconcertante para cierto sector de opinión pública. Tal y como reza el "argentino" en el vídeo, el tango no tiene raza, ni ideología, ni doctrina, ni sexo ni fronteras. Características que a buen seguro atesoran la mayoría de los ciudadanos en nuestra comunidad y por las cuales nos diferenciamos de otras zonas de España y del mundo. Cualidades innatas con las que crecemos y maduramos y cualidades que adoptamos y rechazamos en función de nuestras preferencias políticas o sociales.

Por ello y a partir de esta anécdota audiovisual, quizás sea oportuno refrescar la memoria para saber de dónde venimos como pueblo y a dónde queremos ir si en algún momento queremos emprender algún viaje de ida, simplemente unas vacaciones o deseamos quedarnos tal y como estamos para no perder lo último que la política y la crisis económica nos pueden quitar: la personalidad de una comunidad, es decir, la identidad de Extremadura, labrada a base de esfuerzo y amor propio.

XEN EL AÑOx 1983 con el Estatuto de Autonomía recién nacido y en este mismo periódico, el profesor de Historia de la Uex, Julio Gerardo Martínez , atribuía al extremeño los calificativos de tenaz, fuerte, hospitalario, generoso e imaginativo entre otros. Un hombre de fuerte enraizamiento fuera de su tierra y sin la necesidad de pasarle ningún tipo de factura al resto de España puesto que aceptaba su exilio y sacrifio como algo natural. A lo que añadía este mismo profesor, que con la "simbiosis de cualidades norteñas y sureñas difícilmente fracasaría en su proyección universal a lo largo del ancho mundo". Precisamente el objetivo que persigue la citada campaña y que es posible alcanzar sin renunciar a nuestros fundamentos como pueblo o grupo humano.

Treinta años después de aquella reflexión y enmarcados en un contexto bien distinto, sería una locura intentar desnudar al extremeño y convertirlo en una especie de ciudadano del mundo que buscando la modernidad llegara a resultar insípido e incoloro, lo cual perjudicaría directamente a nuestras reivindicaciones frente al Estado y frente a Europa. El mayor peso de los regionalismos que luchan contracorriente con la marea centralizadora del Gobierno actual, definen el mapa político y social en el año 2013. Un espectro autonómico que obliga a reforzar nuestros sentimientos y principios identitarios para gozar de una presencia más notoria y un respeto mayor del que hemos adolecido a lo largo de la etapa democrática.