XDxefinamos sostenibilidad para evitar la demagogia que las buenas conciencias elaboran desde criterios de sustentabilidad propia y no ajena. Hoy, en Extremadura, no hay desarrollo sostenible porque a la viabilidad ecológica existente le asaltan graves e históricos desajustes sociales y económicos que nos alejan de la convergencia con la media española y mucho más con la europea.

Pasar del sector primario al cuaternario apoyándose en la fabulación imaginaria de las posturas estéticas es reconfortante para los librepensadores alejados de la responsabilidad de la toma de decisiones, pero estéril en la gestión de las respuestas que con urgencia una mayoría de la ciudadanía extremeña reclama a las administraciones y a todas las organizaciones políticas, sindicales y empresariales. En la definición de sostenibilidad, CCOO, contempla también los indicadores económicos, sociales y tecnológicos que demuestran, machaconamente y a pesar de los esfuerzos de toda la ciudadanía extremeña, que la brecha sigue abierta; tenemos la renta per cápita más baja del país, con rentas familiares disponibles por habitante que nos separan entre 1.900 y 2.800 euros con la media nacional y 5.200 con el País Vasco y Navarra.

Preguntémonos si es sostenible que haya 65.000 jornaleros y jornaleras pendiendo de un trabajo estacional con más deberes que derechos y de un subsidio agrario que tan sólo alcanza al 30% de ellos y que no puede durar toda la vida. ¿Se nos puede hablar a los extremeños con poses culpabilizadoras, sin riesgo al rubor, de una deuda moral con el tercer mundo? ¿Se pueden aceptar los insultos montunos hacia los emigrantes por su posición favorable a la refinería y su asistencia a una manifestación? Puede que, para abundar en su coherencia , se nos ofrezca una alternativa de futuro con el cierre de almazaras y de granjas de porcino por sus efectos contaminantes. Acusar de insolidaria a una comunidad con una tasa de desempleo del 17%, con una tasa de temporalidad del 42%, con las pensiones contributivas más bajas de España --514 euros--, con las prestaciones por desempleo y los salarios más escasos y con una sangría permanente de emigración, que se traduce, a pesar de la inmigración, en un nuevo decremento demográfico en el 2004, delata a los que nunca ejercieron la solidaridad y a los soñadores que proclaman la mano de obra barata como esencia de una idílica sostenibilidad. ¿Puede ser sostenible una región con más de doscientas mil personas mayores que reclaman, con justicia, mejores prestaciones sociales y una población que en 1958 tenía censadas más de medio millón de personas que en la actualidad?; ¿es sostenible la tasa de actividad femenina más baja de España y a la vez la de mayor desempleo?; ¿acaso es sostenible la transferencia universitaria de miles de jóvenes que salen todos los años de Extremadura, dejando su capital humano en las industrias que aquí no existen?

¿Puede haber sostenibilidad en nuestra región, más allá de la finalización del Programa Operativo 2007-2013, con el añadido de un nuevo modelo fiscal territorial, que por un lado nos acusa de región subvencionada y por otra parte nos viene anunciando que nuestros servicios públicos van a depender en gran medida de la fiscalidad extremeña que consigamos propiciar? En nuestro mercado de trabajo, donde la deslocalización de empresas en sectores como el textil, la piedra o el corcho también existe, donde la productividad y la competitividad es inferior a la media española, la localización de una refinería con garantías, que supere los estudios de impacto ambiental, sin duda posibilitará, complementariamente junto a otros procesos industriales, una transición justa para nuestro territorio desde una Extremadura preindustrial a otra sostenible y posible manteniendo un equilibrio entre lo ambiental, lo social y económico. CCOO, a través de la intervención socio-política en todas las fases del proyecto, pone su empeño y su inteligencia colectiva en ello.

Preguntémonos por cómo mejorar las alternativas energéticas que hoy no tienen viabilidad en el corto plazo de tiempo y que serán una consecuencia deseable de un aumento del avance tecnológico a través de la aplicación de las mejoras técnicas disponibles que siempre están cercanas a la I+D+i de empresas con una dimensión y volumen estratégico. Y concluyamos que sólo el avance tecnológico posibilitará sinergias sobre el tejido productivo periférico de nuestra región y sobre sus sectores que cada vez más deberán tender a la diversificación, precisamente para asegurar el desarrollo sostenible. Creer y defender Kioto no significa otra cosa que corresponsabilidad compartida en la emisión de niveles de contaminación. En esto, como en la fiscalidad, nuestra postura es análoga; aplicación progresiva de la responsabilidad en función de las emisiones. No vayamos a cometer el error de pensar que el mundo vacío debe seguir pagando los platos rotos del mundo lleno y además nos sintamos que desde Extremadura estamos traicionando la salvación del planeta. Estamos seguros que lo que subyace para un sector contrario a la refinería es que sienten la amenaza de un futuro que ya no será lo que era para su desgracia personal y corporativa, o lo que es menos entendible, para seguir jugando a la política de propuestas antisistema, carentes de compromiso social, que terminan oxigenando los intereses feudales de rentistas y hacendados que intuyen, con resistencia, su cambio inevitable de status social. En un análisis retrospectivo, ¿acaso deberíamos felicitarnos, según la pinza , porque a Extremadura se le haya negado históricamente la industrialización?

*Secretario de Formacióny Empleo de CCOO de Extremadura