Con la ilusión pedagógica y maravillosa que supone, desde las escuelas, transmitir a los infantes, ayudados por documentales y vídeos magníficos que nos aportan las nuevas tecnologías, que, hace siglos, Aristóteles y también Galileo tenían razón y que ya no hay ninguna duda en que la tierra es redonda, ahora va un grupo de «iluminados» y dice que la tierra es plana. Y dicen que es plana, porque si fuera redonda, afirman, el agua de los océanos se caería no saben bien dónde con peces y plásticos incluidos.

Si no fuera por las altas temperaturas que algunos están sufriendo este verano de manera absolutamente inhabitual, casi no tendría explicación ni fundamento alguno lo que estos aficionados al fútbol despachan a sus anchas sin ningún reparo. Sus neuronas deben de haberse recalentado en demasía.

Y lo peor de todo es que no sea una broma, sino que lo crean de verdad, y se lo cuenten así a sus hijos en casa. El trabajo de los docentes, entonces, se verá mermado, y más que el trabajo, los objetivos fundamentales que se persiguen en la docencia. Siempre se ha dicho que la verdadera escuela se tiene en casa, porque los niños aprenden primero lo que en el seno familiar se les enseña.

Todavía nos rechina la sien cuando recordamos que Galileo fue perseguido y encarcelado por afirmar que la tierra era redonda y tuvo la mala suerte de coincidir en su época y espacio vital con unos energúmenos que la consideraban plana, cuando lo que era plana era única y exclusivamente su pobre mente estrecha.

Por ello, ni para darse una publicidad gratis a su club de fútbol tiene gracia la ocurrencia de El Móstoles Balompié, que acaba de ascender a tercera, de defender el terraplanismo a toda costa, incluso hasta para cambiar el nombre del club y pasar a llamarse Flat Earth F.C. (Tierra Plana Club de Fútbol). Qué pena que, por su testarudez, estos aficionados al balompié, no hayan podido disfrutar del último eclipse lunar del día 16 de julio, en el que se proyectaba la sombra de nuestra propia redondez sobre la de la luna.

El presidente del club pide que cuantos más se unan a la causa mejor, pero no exige que se crea de verdad que la tierra sea plana. Eso no importa tanto. La cuestión es que se hable de ellos. No deja de ser una estrategia para ser conocidos, para llamar la atención, cuando ellos mismos saben que la tierra es casi tan redonda como las pelotas con las que juegan al fútbol. Quizás por ser de aquella zona, pretenden que la tierra se parezca más a un par de empanadillas de Móstoles que un día hicieron famosas los humoristas Martes y Trece.

Pero lo que me preocupa no es este club madrileño que ahora «apea» con esto. Lo que me preocupa de verdad es saber que en Wikipedia se recoja la existencia de una sociedad, la Flat Earth Society, con sede en Londres y unos 100 miembros, aunque llegó a tener hasta 3.500, que no tenga reparo alguno en afirmar que la tierra es plana.

Nunca entendí que se guardaran en frascos con formol algunos miembros de gente famosa que nos precedió, pero el dedo corazón de Galileo, que se custodia en Florencia, no vendría mal ahora para, con todo el respeto del mundo, responder con una irreverente «peineta» a tanta tontuna. * Exdirector del instituto Ágora de Cáceres