UNA NECESIDAD
Sin endocrino pediátrico en Cáceres
Lucía Aparicio Portillo
Cáceres
Soy la mamá de Laura, una niña cacereña de siete años con diabetes mellitus tipo 1 que debutó en septiembre y esta enfermedad le cambió la vida. Controles y controles diarios, hábitos de alimentación, etcétera, un cambio que se hizo más llevadero cuando conocimos a nuestro endocrino, el doctor Jesús Buitrago, que para ella es como un ángel caído del cielo y para todos los niños que el atiende en el hospital San Pedro de Alcántara de Cáceres. Una persona encantadora con la cual todos los papas de estos niños estamos tranquilos y forma parte de nuestras vidas.
No es gusto que ahora no pueda seguir en su puesto como antes, ya que cualquier profesional no puede atender esta enfermedad en niños y mucho menos llegar a su experiencia directa de todas estas familias, que llevan cuatro años conociendo a esta persona tan cualificada en esta enfermedad.
Por favor, piensen un poco en estos pequeños y tomen una decisión adecuada para que todo vuelva a ser como antes de la marcha del doctor Jesús Buitrago.
LA ESO DE LOS MIL EUROS
Cuestión de educación
José Antonio R. Barreiro
Profesores de Economía
La reciente filtración del examen de los mil euros y la guerra política posterior, no es sino una muestra más de la manipulación política que se hace de la educación. Que Extremadura tiene un problema educativo es innegable, tenemos un 50% más de población con estudios inferiores a la Educación Secundaria Obligatoria que la media nacional y eso es un determinante de las altas tasas de paro.
El plan de la Educación Secundaria Obligatoria de los mil euros es una medida tomada de forma alocada, sin contar con los profesionales como tantas otras, para tratar de solucionar este problema.
Pero filtrar una examen, cosa que por desgracia ha ocurrido más veces de las deseables en nuestra Comunidad Autónoma de Extremadura, y en muchas ocasiones propiciado por responsables políticos, es una vergüenza, pero su posterior utilización es mucho peor.
La defensa del autor de los hechos, como aforado, no hace sino mostrar la evidencia de que nuestros responsables políticos, que deberían ser un ejemplo ciudadano y estrictos cumplidores de la ley y la ética, manipulan la realidad.
Como profesor de Economía, intento enseñar a mis alumnos que el principal activo de un país es su capital humano, del mismo depende nuestro futuro.
Mi colectivo de profesores de Economía a veces siente que no hay interés en que transmitamos estos conocimientos a nuestros futuros ciudadanos.
Como docente que lucha por el futuro de nuestros jóvenes, debo decir que el continuo baile político en temas educativos, nos tiene mareados y profundamente hastiados.
