SISTEMA EDUCATIVO

Religión parala ciudadanía

Pedro Serrano Martínez

Valladolid

La jerarquía católica de nuestro país tiene motivos para estar exultante. Por fin se ha salido con la suya. Con la inestimable ayuda del Gobierno y, en particular, del glorioso y bienaventurado ministro Wert, nos han pegado el cambiazo. Nos han quitado la laica y democrática asignatura de Educación para la Ciudadanía, que tanto odiaban, y, en su lugar, nos han colocado la adoctrinante, evangelizante y computable Religión para la Ciudadanía.

Sin duda, habrá gente que comulgue con la injerencia de los obispos en nuestro sistema educativo. Pero, a quienes les corra un mínimo de sangre democrática por las venas estarán lógicamente indignados. Sí, indignados por lo perverso y paradójico que puede llegar a ser el propio sistema democrático que nos hemos dado; pues, partiendo de principios y normas democráticas como son las elecciones, permiten que un partido político, en esta caso el PP, pueda implantar, con el más absoluto disenso, normas o leyes totalmente contrarias a los fundamentos democráticos.

¿A qué estado de despropósito hemos llegado para que, en un país aconfesional como es el nuestro, se le pueda conceder a una organización religiosa el privilegio de utilizar aulas y fondos públicos para hacer proselitismo? ¿No habíamos convenido que las creencias, aunque respetables, pertenecen al ámbito de lo privado, a lo íntimo de las personas? Entonces, ¿por qué razón nuestros acérrimos obispos, lobbies católicos y políticos afines se empeñan en imponer sus ofuscaciones a los demás? Pero, sobre todo, ¿por qué razón debemos consentir este atropello democrático?

¿QUIEN LOS PUEDE COMPRAR?

Los tesoros de la iglesia

Mario López Rovira

Alía

Resulta cansino escuchar eso de que la iglesia debería vender sus riquezas para dárselo a los pobres. Algunos entienden por riquezas, los edificios religiosos y lo que dentro se halla, que aunque de incalculable valor pertenece al patrimonio histórico artístico de nuestro país y de todos los países y que, por ende, no se puede vender, primero por lo ya dicho y segundo porque no hay dinero en el mundo para pagarlo. Esas obras de arte que cobijan catedrales y demás edificios religiosos han sido donadas muchas de ellas a lo largo de los siglos y están ahí para glorificar al Señor aunque en nuestra mente no quepa esto.

No me cabe duda que si la iglesia osara vender algo también nos echaríamos encima de ella por hacerlo. ¿Quién podría pagar por catedrales, retablos, cuadros, monasterios, etcétera? No me cabe duda de que quien tiene estas ideas o lo hace por maldad o no tiene idea de lo que está diciendo. ¿Qué país vendería su patrimonio cuando países expoliados están deseando que lo que se les expolió les sea devuelto?

¿Se acabaría el hambre en el mundo después de vender las riquezas de la iglesia? ¿Por qué no se pide lo mismo a otras religiones?