TEtste es el título de una de las obras más famosas del poeta italiano Cesare Pavese. Parece una obviedad, pero siempre es bueno que alguien nos recuerde que el estado natural del ser humano no es el trabajo sino la pereza. No en vano, el paraíso terrenal de la Biblia glosa a una privilegiada pareja a los que les bastaba introducir una mano en el arroyo para sacar un pescado y levantar el brazo en alto para obtener una fruta. El día en que Adán y Eva se saltaron las normas de su privilegiado club la sentencia divina fue así de clara: a partir de entonces se ganarían el pan con el sudor de su frente. Desde entonces, la humanidad ha ido sudando y cansándose, y a menudo ni así han conseguido la ración de pan necesaria. Pero menos mal que ha llegado el Papa para recordarnos lo que hace años nos dijo Pavese. Un exceso de trabajo empobrece el espíritu. Lo dice un hombre de 79 años, que ha superado con creces la edad de jubilación. Y lo dice ni más ni menos que en su residencia de vacaciones de Castelgandolfo. Alguien dijo que Benedicto XVI nos sorprendería y, la verdad, esta admonición contra el pluriempleo, las horas extras y los apaños de la economía sumergida nos ha sorprendido. Benedicto XVI es un revisionista bíblico que aboga por el retorno al paraíso terrenal donde el trabajo era solo un castigo. El exceso de trabajo nos ahuyenta de la espiritualidad, es cierto. Pero ¿realmente cree Su Santidad que el ciudadano actual practica el vicio de la multiocupación por un extraño placer? En vez de aconsejar a los trabajadores que mitiguen sus desmesuradas ansias laborales, ¿no sería más oportuno dirigirse a los empresarios y aconsejarles que incrementen el salario de su gente? Se puede hacer el paraíso en la tierra, es cierto. Pero entre los precios de la vivienda, el coste del transporte y la subida incesante de los alimentos, a menudo un sueldo no alarga para más. Hoy, el tiempo de la espiritualidad tiene un coste. Entre el deseable sosiego y la creciente ansiedad por la precariedad, el cansancio del trabajo es una virtud superior al descanso del espíritu.

* Periodista