Muchos creen que el trabajo es un castigo al que los humanos estamos sometidos por culpa de la primera mujer, Eva , que fue la que empujó a Adán a pecar mordiendo la manzana. Yo soy escéptico a esta teoría porque no tengo nada de misógino, y porque desde que el mundo es mundo, siempre ha habido holgazanes y holgazanas que no han dado un palo al agua. Habría que preguntar a Dios porqué deja que se le cuelen esos enchufados.

Claro, que también es verdad que el trabajo no tiene buena fama y el que más y el que menos cavila lo suyo para trabajar lo menos posible. Y lo malo es que esta animadversión al trabajo se contagia; de hecho, si vas de trabajador por la vida te miran como a un bicho raro. Entre estos humanos raritos, los hay que se exceden trabajando para acumular dinero; y los que se matan trabajando para que no les falte. Luego están los que prefieren trabajar lo justo para ganar lo suficiente. Hay algunos que incluso trabajan sobre el trabajo. Mi amigo don Eliseo García sabe de un taxista asiduo lector de novelas de Marcial Lafuente Estefanía que en entre viaje y viaje escribe novelas policíacas que le publica bajo seudónimo una editorial. Y de un yesista que en el tiempo del cigarrillo realiza pequeños dibujos a tinta que vende a precio módico.

La mayoría de las personas relacionan el trabajo con el esfuerzo físico, y concluyen equivocadamente que a más movimiento más trabajo. Conocí a un tipo al que le ofrecieron un trabajo de peón de albañil y un trabajo de hombre anuncio, y se decidió por el de hombre anuncio porque no tenía que hacer ningún esfuerzo físico, simplemente plantarse sin moverse durante seis horas en un calle con un gran cartel publicitario colgado del cuello. Le asignaron un lugar cercano a una obra donde veía cómo los albañiles pasaban el tiempo entretenidos con sus ladrillos, su cemento, sus chácharas y sus piropos a las mujeres, mientras él se moría de aburrimiento y se le hacían las horas interminables. No tardó mucho tiempo en cambiar el cartel por la llana. Y es que a veces no hacer nada puede ser un trabajo muy duro.