TLte vi en la pantalla de la televisión japonesa y por un momento le recordé en los días de invierno subiendo hacia el paseo de Cánovas con el carrito de su hijo. He tenido la suerte de conocer a muchos tipos valientes, que se juegan la vida por el sueño y, desde hace unos días, Piti Hurtado , entrenador cacereño de baloncesto, ya forma parte de mi lista de elegidos. Tras unos años en el dique seco, el extécnico del Cáceres se atreve con una aventura que le ha llevado a miles de kilómetros de casa, dejando atrás una vida cómoda con su familia, que en unos meses le acompañará en un periplo apasionante y en el que todo está por ganar. Incluso, más fuera de la pista que dentro de ella porque la experiencia vital promete enseñar mucho a un chaval de esos a quienes ves crecer de niño en un campamento y que, luego, gracias al esfuerzo y la profesionalidad se hacen un hueco en el deporte de élite. No todos tienen la suerte de ocupar un banquillo en España. Por eso su decisión, igual que arriesgada, debe servir de ejemplo para muchos que, como él, un día decidieron que había que poner tierra de por medio y creer que el futuro está por hacer. Por muy lejos que esté. Quizá hubiera sido más fácil renunciar, tirar la toalla y dejar de luchar. Pero no. Seguro que de esta aventura aprenderá que el mundo es más grande de lo que imaginó y que, en cualquier lugar, siempre hay alguien dispuesto a ayudarte y a enseñarte otra forma de hacer las cosas. Aprender, siempre aprender. En Japón te espera la suerte, Piti. Aprovéchala. Siempre podrás contar que un extremeño fue noticia en los informativos de deportes en Japón. Animo, valiente, que la vida es solo de quienes arriesgan.