Monago está en plan condescendiente. Ausente en algún momento, ha vuelto a la escena política regional con contundencia pidiendo una entrevista «urgente» con Vara para negociar los presupuestos del año que viene. Sabe que el PSOE no goza de mayoría absoluta y requiere del apoyo, bien de Podemos, bien del PP, o de lo contrario acabará por prorrogar las cuentas. Por lo que ha trascendido, el presidente extremeño no acudirá al Parlamento si no tiene de antemano los apoyos o, al menos, las abstenciones. Por ello, abre conversaciones la semana que viene (y probablemente la siguiente) y si no hay entendimiento no habrá ni trámite parlamentario: Prórroga y a otra cosa mariposa.

Los socialistas tenían un problema el año pasado. Llegados al Gobierno después de una travesía en el desierto de cuatro años de oposición, no se entendieron con Podemos y eso que les había dado el sí en la investidura después de negociar en aquellas conversaciones de La Corrala. Tuvieron que acudir al PP y sellaron un acuerdo presupuestario ‘in extremis’. A los populares les interesaba para regresar al tablero de juego de la política regional después de que Vara hubiera designado a Podemos interlocutor preferente y el propio Vara necesitaba de un nuevo presupuesto o, de lo contrario, no le quedaba más remedio que prorrogar el anterior que era el de Monago del 2015, el cual se había disparado en el déficit y poco o nada tenía que ver con el nuevo gobierno.

Este año es distinto. Al PSOE hasta le viene bien prorrogar las cuentas. Montoro no va a poner objeciones, el cumplimiento del déficit no se va a conseguir pero Madrid lo va a tolerar y con un presupuesto propio y prorrogado se puede gobernar a golpe de modificación de crédito. Encima, se le saca tajada política al asunto señalando a Podemos y, de paso, al PP como culpables por no querer negociar y bloquear la región. Jugada redonda.

Vara cuenta que, después de las elecciones autonómicas del 2015, viendo que no alcanzaba la mayoría absoluta, creyó erróneamente que sólo se podía jugar por la izquierda, que como si se tratara de un centrocampista en un partido de fútbol el PP no quería balones dado que no estaba dispuesto a marcar goles que beneficiaran al PSOE. Sin embargo, pasado un tiempo constató justo lo contrario, que el PSOE había ocupado la centralidad dentro del espectro político regional y, en consecuencia, podía jugar por la izquierda y, caso de fallar, echar balones a la derecha si ello beneficiaba al equipo, en este caso a Extremadura.

En esas estamos ahora, pero encima siendo consciente de que si no se aprovechan los balones ni por la derecha ni por la izquierda, le vale ir a la prórroga.

Monago pretende dos cosas: una, desterrar a Podemos del cauce del diálogo sabedor de que el PSOE no quiere cuentas con quien ha venido a minar su propia estabilidad política y electoral; y dos, estar muy presente en la escena política regional para seguir contando como alternativa futura. El líder popular no tiene nada que perder, su postura constructiva siempre le va a venir bien electoralmente y, de paso, le causa un problema a Vara al tener que explicar a sus correligionarios que se entiende con la derecha. Encima, le tapona la salida cómoda de la prórroga presupuestaria. Si no se llega a un entendimiento, la culpa no es ajena.

Está por ver qué estrategia va a llevar Vara y su gobierno. Por un lado no le apetece un ápice llegar a un acuerdo con el PP, pero por otra no puede aludir su responsabilidad con un partido que pide diálogo y negociación. Encima, hay voces dentro del PSOE que no paran de decir que al PP ni agua, que Monago estaba muerto y con tanto pacto y tanto diálogo ha resucitado, que de seguir así será de nuevo un candidato solvente en el 2019. Pero para la cita electoral queda aún mucho tiempo, y los experimentos pueden seguir haciéndose con gaseosa que no pasa nada.

Todo sea que Podemos, ahora que su líder Álvaro Jaén ha renovado su mandato, no quiera ocupar ahora un lugar preferente en la negociación desterrando al PP. Vara podrá cambiar la pelota sobre la marcha y en este caso jugar por la izquierda. De paso dejaría al PP en el banquillo. Si no, ya saben, derechitos a la prórroga.