WLwa Agencia de la Vivienda ha mantenido posiciones contradictorias en sus decisiones sobre Cáceres durante los últimos días. Su presidente, Javier Corominas , dijo en principio (EL PERIODICO del 23 de septiembre) que la promoción de 4.000 casas que está previsto construir en la finca Mejostilla de Espadero (también conocida como El Muelo) estaba en el aire y sujeta a que la Unión Europea aprobara levantar la calificación de zona de especial protección de aves (ZEPA) a esos terrenos. Cuatro días más tarde, aseguraba que los problemas medioambientales que pudieran afectar a esa promoción por estar en ZEPA ya no existían y que, por tanto, se construirían en Cáceres esas 4.000 viviendas y otras 2.650 más repartidas en cinco nuevas promociones. En menos de una semana, Cáceres ha pasado de tener dudas sobre su única promoción de viviendas a 60.000 euros a tener seis; de tener 4.000 viviendas incluidas en planes de interés regional (PIR) a casi 7.000. Si a estos hechos se une el que la mayor de las promociones nuevas anunciadas por Corominas --la de la finca Colmenarejo, donde se prevén 1.200 viviendas-- se encuentra en suelo rústico y a más de dos kilómetros del primer lugar urbano, y que modificar su calificación obligaría a cambiar el plan de urbanismo, actualmente a punto de pasar por el pleno municipal, la conclusión es que la política de vivienda que practica la agencia parece estar dictada por la improvisación o por la incongruencia, porque ahora la agencia defiende criterios, por ejemplo el de hacer promociones aisladas, que antes la consejería de la que era responsable el propio Corominas atacaba. Antes también esa consejería permitía construir en zonas protegidas, como el Residencial Universidad.

La improvisación que desprende la actuación de la agencia durante los últimos días se deduce también del hecho de que nadie parece haberse preguntado si Cáceres necesita o no esas viviendas que se anuncian. Corominas podría haber aportado ese dato, sin duda esencial para defender sus decisiones, y no lo ha hecho. El que las solicitudes de la promoción de Mejostilla de Espadero hayan sido 4.400, es decir, sólo 400 más que el total de la misma permite dudar de si no son demasiadas las viviendas prometidas ahora por la Junta.

Por otro lado, Corominas ha tenido que soportar la imputación por parte del PP de que algunas promociones de interés regional se hacen para beneficiar a sus amigos. El PP no ha dado nombres y, aunque esa imputación sea infundada, el sistema empleado para decidir las promociones es opaco y alienta la duda. Porque en estos casos, la Junta decide en función de las propuestas de los promotores. ¿No podría ser al revés? ¿Por qué la Junta no saca a concurrencia pública sus promociones, dando cuenta de las necesidades que quiere cubrir, y los promotores que lo consideren oportuno presentan sus ofertas y se elige la mejor? Así sí se evitarían suspicacias, imputaciones de amiguismo y sospechas de que se decide sobre el urbanismo de las ciudades improvisadamente.