WEwel ministro del Interior José Antonio Alonso ha manifestado que está estudiando la posibilidad de que las placas de las matrículas incorporen distintivos autonómicos. Es un asunto menor pero que no está exento de polémica: muchos españoles se sienten fervientes partidarios de que las matrículas de sus vehículos incluyan símbolos de su región, y otros encuentran que, tras esta iniciativa, se esconde una exigencia de los nacionalismos rampantes. Es cierto que en los principales países de la Unión Europea se ha mantenido --o se ha incorporado-- en las matrículas un dato sobre el origen del vehículo, bien el código administrativo (provincia) donde se han pagado los impuestos, bien la bandera o el escudo de la comunidad. Las opciones son muchas, porque lo único obligatorio es que todos los coches que circulan dentro de la UE lleven su distintivo, es decir, la bandera azul con las estrellas, junto al del país de procedencia. José María Aznar , en el año 2000, trató este asunto con altivez y lo despachó con un despreciativo "no voy a discutir de chapas". Quizá lo más inteligente sería abandonar los maximalismos y buscar la fórmula para que fueran tan oficiales las matrículas que llevaran distintivos regionales como las que carecieran de ellos.