Zapatero ha hecho una enmienda a la práctica totalidad de su propia política y a la propaganda de su partido de los últimos años.

Todos los estandartes que, hasta ahora, portaba, altivo y desafiante, cayeron en lo poco que duró su primera intervención parlamentaria.

Ya no podrá erigirse nunca más en el paladín de lo social, diciendo que no recortar nunca los derechos sociales de los más débiles y desprotegidos, porque ya los ha recortado, perjudicando a pensionistas, dependientes y familias.

Ya no podrá presumir de ser solidario sobre todas las cosas, porque ha anunciado una rebaja sustancial de las ayudas al desarrollo.

Ya no podrá, en definitiva, atacar a la oposición, como acostumbraba, acusándoles de ser insensibles e insolidarios, pintándoles como poco menos que el lobo feroz, porque Zapatero, y su partido, el PSOE, han preferido hacer recortes sociales a aceptar las propuestas del Partido Popular para rebajar el déficit, esto es, suprimir y fusionar ministerios, eliminar parte de la caterva de altos cargos y asesores que pueblan su Gobierno o reducir considerablemente el dinero destinado a financiar a partidos políticos y centrales sindicales y empresariales.

Antonio Galván González **

Calzadilla de los Barros