En junio del 2011 comenzaba una de las mayores obras de rehabilitación de la ciudad en los últimos años, la del Seminario Diocesano, y en apenas quince días estará terminada. Además de la envergadura de la obra, que ha supuesto actuar en dos edificios, uno principal y otro anexo, con un total de 4.188 metros cuadrados de superficie construida, también es importante la cifra invertida por el Obispado, de 2.530.000 euros, de los que más de 400.000 han llegado de donaciones de colectivos, entidades y particulares de todos los puntos de la Diócesis de Plasencia.

Según ha explicado el aparejador de la obra, Ricardo Ortega, el seminario data del año 1876 y hasta ahora no se había llevado a cabo ninguna rehabilitación similar a la que termina. Considera que era necesaria porque "el edificio tenía muchas deficiencias estructurales. El forjado de la segunda planta estaba doblado; había goteras y humedades; algunos falsos techos se habían caído...". Tal ha sido la envergadura de la obra, que solo se han conservado los muros.

Y todo este trabajo lo ha desarrollado la empresa Construcciones Flamor y diversas subcontratas. Ortega calcula que en el momento de mayor actividad, han podido trabajar hasta 50 personas a la vez en los edificios.

Como resultado, el inmueble es ya accesible porque cuenta con un ascensor y rampas. Además, se ha instalado calefacción, que no tenía y se han reformado suelos, paredes, ventanas, la instalación eléctrica y la fontanería, que no cumplían la normativa. También se han reformado las fachadas y la cubierta; hay un nuevo forjado y se ha actuado en el cubo de la muralla en cuyo interior se encuentra la capilla, con la autorización de Patrimonio de la Junta.

Otra de las novedades con las que se encontrarán los seminaristas es que muchas de las habitaciones cuentan ya con baño incorporado. Antes, entre el edificio principal y el anexo había un total de 71 habitaciones. Ahora se han reducido a 41, de las que más de la mitad, 25 tienen el baño incorporado.

La biblioteca, las aulas, la pista polideportiva, los comedores... Todo ha pasado por las manos de los operarios en este macroproyecto que ha dejado los edificios, situados en la parte alta de la plaza de la catedral, como si fueran nuevos.