A lo largo de la semana pasada, alumnos de Educación Infantil y Primaria de los colegios públicos y concertados de la ciudad estuvieron trabajando en la preparación de las actividades por el Día Mundial de la Paz y la No Violencia. Una jornada que vivieron ayer intensamente desde primera hora de la mañana, mientras usuarios de la asociación de personas con enfermedad mental Feafes acudían al hospital para animar a escribir mensajes en un cartel con forma de paloma.

En los colegios, en La Salle, alumnos, padres y profesores acudieron al patio, nada más llegar para llevar a cabo una concentración. Allí se procedió a la lectura de un manifiesto por la paz; todos juntos cantaron una canción y después se izaron las banderas.

La entrada del colegio San José recibió a sus alumnos con el Arbol de la Paz, que fue llenándose de hojas con deseos elaboradas por los escolares a lo largo de la jornada. También hubo tiempo para poesías y un manifesto. Por su parte, el colegio de El Pilar se llenó de murales hechos por los alumnos a base de manos blancas pintadas y palomas de la paz. Los alumnos de sexto leyeron un manifiesto y los de tercero de Infantil recitaron una poesía y cantaron una canción. Finalmente, los alumnos de sexto cerraron los actos con la interpretación de Un nuevo mundo con sus flautas y coreografía.

El alumnado ayudante del colegio Miralvalle, un total de 24 niños estudiantes de quinto y sexto de Primaria, fueron los encargados de organizar todas las actividades por la paz.

El lunes los recreos fueron diferentes, con una serie de juegos cooperativos. Ayer, a las 11.00, en cada aula del centro de forma simultánea, un alumno ayudante leyó un cuento o una poesía alusiva a la paz. Después, profesorado y alumnado formaron soles, cantaron y se hizo la lectura de un manifiesto por la paz. En el colegio Alfonso VIII, recitaron poesías y hubo canciones, murales, cuentos y actuaciones.

Pero los únicos que salieron ayer a la calle fueron los usuarios de Feafes, que acudieron a la puerta del hospital con un mural en forma de paloma y repartieron pequeñas palomas para escribir mensajes y pegarlas en el mural. También vendieron calendarios.