Llegó el día. Más de dos años han pasado desde que los expertos alertaron de que la carcoma había empezado a comerse el retablo de la Virgen del Puerto y el nuevo fue bendecido ayer por el obispo electo de Salamanca, Carlos López, durante una misa abarrotada de devotos. El flamante retablo de la patrona es de inspiración barroca y va adornado por dos lienzos del polifacético cura José Martín Majadas sobre la Anunciación y la Asunción de la Virgen. Su autor es el artesano de Horche José Antonio Martínez, que ha tomado referencias del que custodia la Virgen del Puerto de Madrid.

Mucho han trabajado desde entonces el prior del santuario, fray Javier Badillo, y el obispo --que se despide así de la diócesis ante su inminente traslado-- siempre apoyados por el entusiasmo de la cofradía con Evaristo García a la cabeza, al que le daba en el alma que las termitas habían llegado a abrir agujeros por donde cabía una mano.

Fray Badillo tomó el relevó al padre Jaime y los Siervos de María recibieron enseguida el firme apoyo de Carlos López con lo que empezaron a trabajar con la intención de estrenar el nuevo retablo el año pasado con motivo del cincuenta aniversario de la coronación de la Virgen.

La labor artesanal hizo que fuera ayer ante una iglesia repleta de devotos que, como tantos anónimos, lo han hecho posible gracias a la suscripción popular a la que tanto agradecieron ayer el obispo y el prior del santuario durante una misa concelebrada y presidida por Carlos López. "En esta obra material --insistió-- se manifiesta el deseo de entrega al señor".

Antes habló el prior de los servitas para relatar a los devotos que el retablo desmontado fue construido por el ayuntamiento en 1824 después de que los franceses destruyeran el original, a cuya imagen y semejanza dijo que se ha realizado el nuevo. El valor artístico y cultural del anterior no era, pues, reseñable. El obispo tuvo un agradecimiento especial para el cura artista. José Martín Majadas, de cuyos pinceles han salido los lienzos "al que no le ha movido el deseo de quedar inmortalizado, sino su fe y generosidad".