Es tiempo de calle. Y para eso poseemos ese carácter nuestro mediterráneo influido por el buen clima que invita a pasar más horas fuera de casa, disfrutando del sol, el agua y una más que agradable temperatura.

El próximo martes, como año tras año cada primer martes de agosto, se celebra en Plasencia el ‘Martes Mayor’. Es el día más grande para la ciudad y sus comarcas. Tanto que hasta Sorolla quiso dejar constancia de su celebración para la eternidad, plasmándolo en su famosa obra. Seña de identidad de la ciudad como epicentro comercial de referencia para autóctonos y foráneos, en donde realizar sus transacciones más jugosas.

Desde que el ganado se instalara en la ribera del río Jerte, a los pies del puente de Trujillo, para su exposición y compra-venta, y las nuevas leyes impidieran seguir haciéndolo de este modo, el mercadeo se ha trasladado a la Plaza Mayor y los tratantes realizan aquí sus transacciones. Su crecimiento exponencial ha favorecido que la fiesta se amplíe también al día anterior, ‘Lunes Menor’, en el que artesanos y artistas pueden ofrecer sus productos a los visitantes que, curiosos, nos acercamos a disfrutar de lo que acontece durante esa noche y el día siguiente, pues el ayuntamiento de la Villa ha presentado un completo programa de festejos en el que repartirá más de cinco mil euros en premios entre productores hortícolas, artesanos y tamborileros.

Un pequeño reconocimiento al trabajo y excelencia de quienes dedican su tiempo y esfuerzo al cultivo de ‘lo mejor’ para el disfrute de los participantes de este evento. Así como por ejemplo, Jaraíz de la Vera, que desde hace décadas, viene premiando en sus fiestas del Tabaco y el Pimiento, a los cultivadores de la zona que consiguen las más fructíferas tabaqueras y pimenteras.

Algo es algo, aunque poco reconocemos a nivel económico a lo nuestro y, sin embargo, se nos llenan las manos para pagar al que viene de fuera, como si lo de casa tuviera menos valor o no fuera a gustar tanto. Eterna cruz del extremeño y lo suyo que, poco a poco, por fortuna, vamos cambiando, a pesar de que aún quede mucha mentalidad dura de roer, incapaz de ver que si funciona, tal vez deberíamos de mantenerlo y favorecer su crecimiento, en lugar de ni siquiera tenerlo en cuenta. De ello depende nuestro futuro, cuidemos lo propio al menos tanto como lo ajeno.