Acudir al centro de salud de San Miguel estos días es como entrar en una sauna. Los enfermos no sólo tienen que sufrir su enfermedad sino que en la sala de espera para entrar a consulta han llegado a soportar temperaturas de hasta 38 grados debido a que desde hace más de una semana no funciona el aire acondicionado.

Desafortunadamente, la avería ha coincidido con la ola de calor de la pasada semana y tanto los usuarios como los profesionales han tenido que recurrir a los abanicos y las botellas de agua para sobrellevar el asfixiante calor y, en el caso de los últimos, además han desechado por completo las batas: "Ya no las usamos y aún así, estamos todo el día sudando".

El calor se ha concentrado sobre todo en la primera planta, donde están ubicadas las consultas de pediatría, cirugía menor y urgencias, entre otras, porque existe un tragaluz que hace también las veces de invernadero y atrae aún más los rayos de sol. "Lo peor son las tardes, porque hemos llegado a los 39 grados", comentaba ayer un profesional, mientras los alumnos de un curso de manipulador de alimentos se quejaban, abanico en mano: "Aquí no se puede estar, tenemos dos horas de clase y hay que estar todo el rato con el abanico, pero aún así pasamos calor".

ARREGLO INMINENTE

Unos y otros urgen el arreglo de la avería, ya que la situación ha llegado a tal punto que hay profesionales dispuestos a cambiar su consulta a la planta baja porque "así no se puede trabajar". Explican que la semana pasada personal de mantenimiento acudió a revisar el aire, pero no consiguió dar con la avería y desconocen cuando van a dejar de pasar calor. El Servicio Extremeño de Salud justificó ayer la situación al señalar que la avería había resultado ser más grave de lo que en principio se pensaba, por lo que ha tenido que contactar con la empresa que instaló el aparato del aire, cuyos técnicos se encargarán de solucionar el problema y, según sus previsiones, podría estar arreglado hoy mismo.