Sainz de Vicuña y Hergueta, los arquitectos, han ideado una residencia de cuatro plantas en ladrillo blanco y colores azules, que estará rodeada por casi 8.000 metros de zonas verdes, además de casi un centenar de aparcamientos y dos calles.

En la planta baja estarán las zonas del centro de día, talleres, salas de ocio, biblioteca, comedor, recepción, administración, dirección, servicio médico, rehabilitación y terapia ocupacional, cocinas, lavandería y almacenes. La primera y segunda se dedicarán exclusivamente a los enfermos de alzheimer y contarán con 16 habitaciones dobles y ocho sencillas por planta con aseos y baños geriátricos y salas de descanso con comedor, mientras que la última planta será para las personas mayores dependientes y tendrá ocho habitaciones dobles con aseos, baños y salas de descanso.

Los arquitectos destacaron, que tanto en el exterior como en el interior, se han utilizado materiales de gran resistencia y de fácil lavado, porque "se trata de enfermos que suelen ensuciar las paredes". Además, tendrá grandes ventanales con lamas exteriores, detectores de humo en cada habitación y para facilitar el trabajo del personal todas las plantas estarán comunicadas con la lavandería y los recorridos interiores serán cortos.