Fue tal el escándalo, que los vecinos de la calle San Cristóbal, en San Miguel, se despertaron de madrugada y se echaron a los balcones cuando un coche no dejó de embestir a otro hasta forzar a su conductor a salir para intentar robarle con una espada de samurái. Según testigos, la víctima logró esquivar la catana y solo lograron un botín de 20 euros, según dijo él mismo, con lo que los agresores la emprendieron de nuevo contra el vehículo donde viajaba también una embarazada.

Pero el revuelo vecinal hizo que los agresores emprendieran la fuga antes de que llegaran las policías Nacional y local, a cuyos teléfonos habían entrado llamadas de vecinos en tropel. Lo primero que hicieron los agentes fue avisar al 112, que atendió a la mujer y al conductor de lesiones, por suerte, leves y después montaron un dispositivo de vigilancia por toda la ciudad.

Poco después eran sorprendidos los autores en un Renault Clio a toda velocidad por la avenida del Valle, donde se inició una persecución que acabó en la avenida Alfonso VIII cuando la Policía Nacional les bloqueó el paso y logró su detención. Al parecer, es una pareja de conocidos delincuentes que ya se habían desecho de la catana, todavía desaparecida, aunque los vecinos aseguran que fue el arma con el que amenazaron a la víctima en San Miguel.

La policía confirmó ayer la detención e indicó que este suceso, ocurrido la medianoche del miércoles, es un hecho aislado, pero vecinos de San Cristóbal lo achacan a la proximidad del conflictivo cerro de San Lázaro y no ocultan su preocupación tras conocer el escaso botín para tan alarmante robo.