El edificio de la nueva residencia de Alzheimer, que tendrá capacidad para 96 enfermos y está ubicado en la antigua colonia de La Inmaculada, estará terminado en dos meses. Es la previsión que manejan los arquitectos, aunque después faltará la obra de urbanización, la dotación del mobiliario y, sobre todo, la selección de los enfermos que ocuparán las plazas y del personal que les atenderá, que corresponde a la Consejería de Bienestar Social de la Junta.

La obra en sí, con una inversión de 3,6 millones de euros de la Obra Social de Caja Extremadura, se inició a primeros del año pasado con un plazo de ejecución de 13 meses, pero lleva un retraso de algo más de dos debido a que "en los movimientos de tierra surgió un granito duro y hubo que pedir aplazamientos porque fue necesario hacer muchas voladuras y movimientos de tierra", según explicó uno de los arquitectos, Manuel Sainz de Vicuña.

Este, junto al arquitecto Javier Hergueta, los aparejadores y la contrata acaban de visitar las obras del edificio, que está en su última fase. "Ahora están con las instalaciones eléctricas y ya está lista casi toda la fontanería, los falsos techos, los alicatados y se está solando una parte", indicó Vicuña. El centro consta de cuatro plantas --la baja para servicios comunes, primera y segunda para los enfermos de Alzheimer y la tercera para mayores dependientes-- y ocupa solo el 20% de los 10.000 metros cedidos por el ayuntamiento.

El resto corresponde a jardines, aparcamientos y dos calles exteriores, estas de competencia municipal. Según Vicuña, los jardines de la parte delantera estarán terminados en junio o julio y también los primeros tramos de acceso a la residencia.

Acabada la obra civil y la urbanización, faltará la dotación del mobiliario, mientras que la Junta, que gestionará el centro, es la encargada de seleccionar a la plantilla, formada por un centenar de trabajadores y a los enfermos que acogerá de entre los 1.700 que, según la asociación de familiares de enfermos de Alzheimer, hay en la zona norte.

En cuanto a las plazas, 80 serán para enfermos de Alzheimer y el resto para mayores dependientes y los puestos de trabajo los cubrirán psiquiatras, psicólogos, trabajadores sociales y auxiliares, entre otros.