La doctora Carmen Sánchez Alegría, médico de Urgencias en el hospital Virgen del Puerto de Plasencia, ha estado de baja desde el 14 de marzo hasta el 2 de mayo debido al coronavirus. Ya recuperada, su primera guardia fue el 3 de mayo, 24 horas de urgencias en el Punto de Atención Continuada de La Data de Plasencia.

-¿Cómo ha sido el regreso?¿Qué sensación ha tenido de lo que se ha encontrado en relación a lo que dejó cuando enfermó?

-Tenía muchas ganas de incorporarme. He comprobado con alivio que en estas semanas, la situación ha mejorado mucho con respecto a protocolos de actuación frente al Covid-19 y a medios de protección para personal sanitario. Mis compañeros me han recibido con alegría. El estrés vivido durante esta crisis ha conseguido fomentar el trabajo en equipo y sacar lo mejor de uno mismo. Todos estamos pendientes de todos y nos cuidamos entre nosotros para poder cuidar a los pacientes.

-¿Han aumentado entonces los elementos de protección para los sanitarios en este tiempo?

-Efectivamente, con respecto a la protección de los profesionales sanitarios, la situación ha mejorado notablemente.

-De lo que ha podido ver hasta ahora ¿qué conclusión saca?¿La situación está controlada en Plasencia?¿Está remitiendo la enfermedad?

-Tanto en Atención Primaria como en el hospital, hemos tenido que adaptarnos a una situación completamente nueva para todos y que nunca habíamos imaginado. Lo bueno es que hemos aprendido rápido y en posibles nuevas crisis, seremos capaces de afrontar la situación con más eficiencia, eficacia y efectividad desde el inicio.

-¿Nota temor en los compañeros por un posible rebrote ante las medidas de desescalada y la actitud de los placentinos?

-El mayor temor de los compañeros y el mío propio es evitar contagiar a los seres queridos. Regresar a casa de la guardia implica un ritual previo de cambio completo de ropa, zapatos... dejar en el coche maletín, atuendo... y correr a la ducha antes de saludar a los tuyos.

-Los pacientes o compañeros que saben que ha estado enferma, ¿le preguntan? ¿Le piden consejo?

-Tanto pacientes como compañeros se han interesado sobre todo por si mi recuperación ha sido completa. Aún noto cansancio, a veces dolores costales, taquicardias... Este virus arrasa todo lo que puede antes de que un infectado dé por fin negativo en el test. Lo que sigo recibiendo son muchas preguntas a través de las redes sociales sobre síntomas relacionados con la enfermedad.

-Usted que ha pasado la enfermedad, ¿cree que falta concienciación sobre la peligrosidad del virus y la necesidad de mantener las medidas recomendadas?

-Quiero pensar que la mayoría de personas están concienciadas. A quienes no son conscientes del riesgo, yo les llevaría directamente a UCI, para que dieran un paseo por las instalaciones y echaran un vistazo a los pacientes que llevan semanas con respiración asistida.

-¿Qué es lo que peor ha llevado de la enfermedad y lo que ha aprendido de ella?

-Hubo un par de días muy duros con respecto a la dificultad para respirar y la aparición de algunos signos alarmantes, pero la mejor forma de enfrentarse a ella es desde la tranquilidad. El miedo disminuye la capacidad de respuesta del sistema inmunológico, que es el que nos protege contra el virus. Hacia el quinto día, mejoré lo suficiente como para contestar todas las dudas que me iban llegando por las redes. Cuando enfocas la atención en los otros, tus propios síntomas disminuyen. Siempre he dicho que no hay mejor Medicina que el Amor, ahora, como paciente, he podido comprobarlo durante estas seis semanas. He aprendido que lo único irreversible es la muerte, que la vida es un regalo incluso cuando aparecen situaciones que echan a perder nuestro planes. Por eso, he aprendido a asomarme al mundo desde la gratitud. He aprendido a distinguir entre quienes de verdad te quieren y entre quienes solo saben decirlo. Y como diría Isabel Allende, “he aprendido que todos tenemos una reserva de fuerza insospechada cuando la vida nos pone a prueba”.

-¿Qué recomendaría a un paciente con covid después de su experiencia? ¿Y a su familia?

-Lo primero, mantener la calma y observar la evolución en casa. Autoaislarse dentro de su propio domicilio para evitar el contagio al resto de familiares y aprovechar el retiro obligado para realizar tareas que le ayuden a encontrar el equilibrio físico y emocional. Seguro que tienen algún pasatiempo favorito. Mantener la mente ocupada ayuda a mejorar. Hay que entender que no existe un tratamiento específico. Se necesita paciencia. Los síntomas van remitiendo poco a poco. Eso sí, que el virus no nos reste sentido común: si aparecen síntomas que comprometen la vida, avisar a urgencias para recibir tratamiento hospitalario. A la familia, si el paciente se recuperar en casa, le recuerdo la importancia de todas las pequeñas cosas que ayudan a mejorar. No son posibles los abrazos directos, con lo bien que vendrían en una situación así, pero también resulta muy nutritivo un "Te quiero" desde el otro lado de la puerta, un "¿Qué necesitas?" un "Estoy aquí"... Me gustaría tranquilizar a las familias de pacientes hospitalizados porque están en buenas manos y los profesionales les brindan no solo el tratamiento médico, sino el apoyo emocional que es imprescindible para sanar.

-¿Algún consejo de cara a esta nueva etapa de desconfinamiento?

-Recomiendo prudencia. Es muy importante no bajar la guardia. El virus necesita del ser humano para infectar. Si no respetamos medidas de prevención, todo el esfuerzo realizado durante estas semanas, habrá sido en vano.

-¿Ha sido el covid la peor enfermedad que ha visto en su trayectoria?

-He visto enfermedades con peor pronóstico, pero nunca una enfermedad que afectara a tantas personas en tan poco tiempo y con tal alta tasa de contagio.

-En su opinión, ¿cómo deberíamos afrontar las siguientes etapas si el virus sigue ahí, con miedo, con prudencia, responsabilidad, precaución...?

-El miedo no es un buen compañero para la vida. Lo importante es saber adaptarnos a los cambios. No es lo mismo resignarse que aceptar la situación. Tenemos que aprender a buscar soluciones creativas para que la vida cotidiana nos permita seguir disfrutando a pesar del covid. Eso sí, hasta que se consiga una vacuna, es importante no olvidar que la mejor herramienta es la prevención.