Toda una vida dedicada al trabajo en la Iglesia, de forma interrumpida y demostrando su valía y su buen hacer, según destacaron todos los que le rodearon. Por estos y otros méritos, el obispado de la ciudad rindió un homenaje el pasado viernes a monseñor Cipriano Calderón Polo, placentino e hijo predilecto de Plasencia, fallecido hace ahora 4 años.

Monseñor Cipriano Calderón Polo nació el 1 de diciembre de 1927 en Plasencia. El 19 de marzo de 1953 inició su carrera sacerdotal al ser nombrado como tal. En ese año ya era licenciado en Teología y Filosofía y era diplomado en Periodismo. El 3 de diciembre de 1988 fue nombrado Vicepresidente de la Pontifica Comisión para América Latina, "donde era la persona más querida por los obispos latinoamericanos", señaló Amadeo Rodríguez Magro, obispo de Plasencia.

El homenaje consistió en un responso celebrado en la Parroquia de El Salvador, donde descansan los restos de Cipriano Calderón, y el descubrimiento de una placa en su honor en la calle Sancho Polo, donde se encuentra la casa en la que nació, que recoge los hechos más importantes de su vida. En ese lugar, y ante la multitud, Fernando Pizarro destacó "que además de todos los títulos que se le otorgaron, su cualidad más grande era la de ser una buena persona", subrayó el alcalde.

Director de periódico

Además de trabajar para la Iglesia, hacía labores de periodista para el diario oficioso del Vaticano, L'Osservatore Romano , del que fuera director de la edición en castellano. El fue quien acuñó el término catequesis para referirse a los mensajes papales de las audiencias generales. "Fue un gran periodista y un gran escritor. Leer un artículo suyo era una delicia", explicó Amadeo Rodríguez.

Durante su actividad en Roma, Cipriano Calderón sirvió a seis pontífices. De ello, L'Osservatore Romano destacó "su fidelidad a los Papas y a la Iglesia, una fidelidad que nacía de la fe tan enraizada en él". Fue nombrado hijo predilecto de Plasencia en 2006.

Al acto del viernes asistieron todo tipo de personalidades. Entre ellas, se encontraban el obispo el alcalde Fernando Pizarro, concejales representantes de las parroquias de la ciudad, el presidente de la Unión de Cofradías y la exalcaldesa Elia María Blanco. Pero sobre todo, no faltaron los familiares y amigos del homenajeado.