Valeria y Lucas tienen tres y cinco años y están emocionados porque el día en el colegio Ramón y Cajal de Plasencia va a ser diferente. Han acudido vestidos de Jarramplas, el personaje protagonista de la fiesta más conocida del municipio de Piornal, en el Valle del Jerte. Lucas lleva el tradicional tambor y no deja de tocar mientras esperan la llegada de sus compañeros.

Ambos tienen familiares en Piornal y conocen bien la tradición de la fiesta, pero en esta ocasión, los tres cursos de Infantil del centro, con niños de 3 ,4 y 5 años, van a poder ver en persona a los Jarramplas de este año, Miguel Moreno, de 42 años y su hijo Adrián, de 19.

La profesora Marci Prieto decidió aprovechar la proximidad de la fiesta y el tema que tocaba en Plástica para invitar a Miguel y Adrián a hablar con los alumnos y mostrarles los trajes, las máscaras, las protecciones, e incluso los nabos que les lanzan.

Pero en la fiesta también son importantes los mayordomos, por eso varios de ellos han acudido a la clase de Marci, para responder a todas sus preguntas y resolver sus dudas y curiosidades. Es una forma de mantener viva la tradición. Hasta han preparado bolas de papel para tirárselas a los Jarramplas en el patio a modo de nabos.

«Es muy bonito venir a hablar con los niños. Allí en Piornal lo hacemos el 18 de enero, vamos al colegio, a los centros de mayores. Los niños se lo saben todo y los mayores cantan las canciones, no se les olvidan», explica Miguel.

Era la primera vez que salía como Jarramplas en Piornal y describe la experiencia como «impresionante, emocionante. He acabado con muchos moratones, pero eso es la fiesta».

Reconoce que ha sido también especial porque salía con su hijo, al que apuntaron para ser Jarramplas cuando tenía 7 años, y es que hay una lista de espera que llega hasta el año 2042. De hecho, al pequeño Lucas le apuntaron con 4 años y le tocará en el 2040, explica su madre.

Los pequeños les han preguntado por las cintas del traje, unas 3.000, por las protecciones del cuerpo, por las máscaras -que a algunos les producen miedo- y por las canciones típicas de la fiesta, las alboradas, el lerele, las rondas y las roscas. Todas las toca el pequeño Lucas. El joven Adrián responde orgulloso porque ha sentido «mucha emoción y respeto».