Los hijos de la víctima recordaban ayer que fue hace un año cuando su madre alquiló la planta superior de su casa al ahora presunto autor de su muerte. Entonces trabajaba en Cáritas y "siempre trataba a mi madre con cariño y respeto, entraba en su casa para ver cómo se encontraba". Pero dicen que hace dos meses cambio.

Explican que fue cuando dejó Cáritas y se quedó sin trabajo y, como consecuencia, empezó a retrasarse en el pago del alquiler. "Entonces pensamos en echarle --contaba ayer un hijo-- pero él nos decía que había encontrado un nuevo trabajo y nos imploró que no le echáramos". Nunca pensaron en el fatal desenlace.