Los cambios que la concejalía de Interior y Tráfico del ayuntamiento de Plasencia propone para introducir mejoras en el servicio de autobús urbano, poco tienen que ver con la medida de ahorro planteada por el consistorio cacereño. Los cambios en el autobús urbano de la ciudad (algunos ya se han llevado a efecto) responden a una necesidad de mejorar este servicio público en el municipio, reordenar el tráfico en puntos conflictivos y eliminar peligros tanto para los usuarios del autobús, como para los peatones.

De esta forma, el consistorio asegura que la policía ya está buscando un nuevo emplazamiento para reubicar la parada de bus de la conflictiva zona de Gabriel y Galán, donde los actos vandálicos han arrojado un saldo de casi 10 lunas rotas en vehículos de la línea 1 en un año, lo que supone un desembolso de hasta 20.000 euros para la adjudicataria: la cooperativa Los Arcos. El ayuntamiento ya retiró el quiosco que se ubicaba junto a la parada de la barriada de Gabriel y Galán, que servía para que los vándalos se apostaran y arrojaran piedras a los autobuses y romper lunas. Por lo tanto, la parada no se eliminará, sino que se desplazará varios metros.

Por su parte, el colectivo vecinal Río Jerte ha solicitado que el bus urbano vuelva a pasar por esta zona, después de que se eliminara del trayecto, cuando hace varios años se cambiaron los vehículos, que son más grandes, y esto impide que puedan circular por el estrecho puente de San Lázaro. Esta línea (la 2) ofrecía antes mayor vida a la barriada, así como al hogar del pensionista de puerta Berrozana, que ha perdido afluencia en los últimos años. La solución pasa por habilitar un autobús más pequeño para cubrir esa ruta, un aspecto difícil de llevar a cabo en estos tiempos de austeridad.

Estos cambios se tendrían que introducir en la nueva renovación, o bien de la flota de autobuses, o bien del contrato que el gobierno local mantiene con la actual adjudicataria, la cooperativa Los Arcos, cuyo contrato finaliza entre marzo y abril de 2012. Una cooperativa que ha visto como el uso del bus urbano ha ido decreciendo y que no puede subir el precio del billete, puesto que así está estipulado en el contrato que está en vigor.

La cooperativa también ha solicitado que se reubique la parada que está junto a Correos. Un punto negro de la circulación en la ciudad, donde se han producido varios atropellos (en la avenida Alfonso VIII) y donde la visibilidad es reducida, más aun cuando los coches aparcan en la parada de bus e impiden el acceso al transporte públicos. Un aspecto que pone en peligro tanto a los peatones como a usuarios.