No es lo mismo que a una paciente con cáncer de mama tengan que extirparle, además del tumor, todos los ganglios de la axila a que no tengan que extirparle ninguno. Y tampoco es lo mismo pasar por quirófano una vez a tener que sufrir una segunda intervención por un falso negativo. La ciencia avanza y las técnicas de diagnóstico también. Así, desde el mes de enero, las pacientes del hospital Virgen del Puerto con cáncer de mama tienen a su disposición una nueva técnica, 100% fiable y precisa, que sobre todo evita cirugías innecesarias.

La técnica se denomina OSNA, que corresponde a las siglas en inglés de Amplificación del Ácido Nucléico en un solo Paso y se lleva a cabo en el servicio de Anatomía Patológica del hospital. Formado por tres patólogos y cinco técnicos, fueron precisamente sus profesionales quienes solicitaron al SES antes de final de año que se incorporara al servicio la maquinaria necesaria para llevar a cabo esta técnica.

Porque, aunque cuenta con diez años de antigüedad, «el SES la ha ido incorporando en sus hospitales para modernizar el servicio» y, en la provincia de Cáceres, solo la capital contaba hasta ahora con esta tecnología, según explica la patóloga María Antonia Crespo.

Lo solicitaron porque «las técnicas mejoran y todos los pacientes tienen que tener las mismas oportunidades», subraya. La respuesta del SES fue «inmediata» y, desde su puesta en funcionamiento, ya se ha utilizado en siete ocasiones y está prevista una octava.

Crespo hace hincapié en que, hasta la llegada de esta técnica, las pacientes han recibido la mejor atención, únicamente a través de otra técnica que no facilitaba la carga tumoral exacta del llamado ganglio centinela, que es el primero en el que habría metástasis si el cáncer se hubiera extendido a la axila. Con la técnica anterior, «había algún porcentaje de falsos negativos, con lo que había que reintervenir a la paciente», aunque en los veinte años que lleva como patóloga señala que se han dado tres o cuatro casos.

La diferencia es que ahora no puede haber ninguno porque la nueva técnica es «muy precisa, objetiva y en el momento». Se refiere a que el cirujano va a saber durante la propia intervención si el ganglio centinela tiene o no metástasis y cuánta carga tumoral existe, con lo que en ese mismo momento obtendrá el dato necesario para saber si debe extirpar otros ganglios o no.

La patóloga explica que hay un comité formado por todos los profesionales que intervienen en un cáncer de mama y es quien decide el número de corte para considerar que otros ganglios puedan estar afectados por el tumor. Así, Crespo explica que, por debajo de 250 se considera que hay células aisladas, entre 250 y 5.000, micrometástasis, pero, aún entre 10.000 y 15.000, supondría una «baja carga tumoral porque, en base a los estudios publicados, habría un 85% de posibilidades de no tener los demás ganglios afectados». Entre estas dos cifras estaría el corte. No obstante, la patóloga señala que «la paciente también puede decidir si se lo quita o no».

Y es que, si no es necesario quitárselos, si no hay más afectados, se evitará problemas como la hinchazón del brazo por acumulación de líquido linfático. En suma, se podrán reducir los efectos del cáncer.