La Concejalía de Obras ha eliminado hasta la fecha el 40% de las barreras arquitectónicas que la asociación Aesleme inventarió en un estudio en el que puso en evidencia la dificultad que tienen los discapacitados y demás personas con problemas de movilidad para moverse por la ciudad. La brigada de la concejalía de Blas Raimundo se ha centrado sobre todo en rebajar los acerados situados ante pasos de peatones y en la retirada de obstáculos de los acerados.

La intención es continuar con las mejoras que tengan un coste menor, puesto que no cuenta con un presupuesto específico sino que van en la partida de Obras, según indicó el concejal.

Aesleme tardó ocho meses en reseñar en un estudio un conjunto de barreras arquitectónicas que el colectivo detectó con el deseo de que se eliminaran progresivamente en el tiempo que queda de legislatura. En total, hay 120 puntos negros señalados hasta con imágenes en un dosier que Raimundo ha entregado al jefe de obras para que se vayan ejecutando las acciones, algo a lo que se comprometió la alcaldesa ante la presidenta de Aesleme, Noelia García.

En la ciudad no han pasado desapercibidos las decenas de acerados rebajados ante pasos de cebra, pero además, se han construido rampas de acceso al parque de La Rana y en algunas calles como Diego García de Almaraz o Jiménez Díaz se han retirado señales y farolas que se encontraban en medio de acerados e impedían el paso.

Pero el estudio también incluye obras mayores aún pendientes como la eliminación de barreras en la biblioteca municipal o la piscina climatizada que, según García --nadadora-- no tiene aseos ni puertas adaptadas.