Plasencia será este año la invitada de honor en la celebración de la Boda Típica de Candelario (Salamanca), una fiesta declarada de interés turístico regional que tiene lugar el segundo domingo de agosto y que, este año, cumple su 25 aniversario.

En correspondencia a la invitación realizada por la Asociación Cuesta de la Romana, organizadora del festejo junto al Ayuntamiento de Candelario, Diputación de Salamanca y el Centro de Iniciativas Turísticas, el alcalde de Plasencia, Fernando Pizarro, y el edil de Cultura, Ángel Custodio Sánchez, compartirán con los vecinos el ritual del sacramento matrimonial de Candelario.

Los responsables políticos placentinos, que presentarán como regalo a los novios varios kilos de pimentón de La Vera, estarán acompañados por tres parejas del grupo de folclore "Chispa" de la capital del Jerte, quienes lucirán el traje de Montehermoso, el de gala de La Vera y de Cabezabellosa.

Así lo han anunciado hoy en rueda de prensa el alcalde placentino y uno de los integrantes de la Asociación Cuesta de la Romanza, Pablo Simón, quien ha explicado que la cercanía entre ambas poblaciones y el hecho de que Candelario pertenezca a la Diócesis de Plasencia son "causa suficiente" para haber procedido con la invitación.

Simón ha destacado que el acto central de la Boda Típica de Candelario se celebrará el próximo 11 de agosto, día en el que Alfredo Barruelo y Patricia Gómez -pareja en la vida real- se casarán como se hacía en el siglo XIX, con el fin de mantener esta tradición, de interés turístico regional desde 2009.

La mujer, ataviada de candelaria y con un traje negro, y el futuro esposo, con el denominado traje de choricero y capa bejarana, contraerán matrimonio ante cientos de personas que cada año acuden a esta bella localidad salmantina a celebrar la boda.

Según manda la tradición, los mozos del pueblo saldrán al mediodía a buscar a los padrinos y, acto seguido, se acercarán hasta la casa del novio para acompañarlo hasta la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.

En la casa del novio se entonan canciones típicas de boda, propias del folclore popular de Candelario, algunas de ellas relacionadas con la despedida de la soltería del propio novio.

Todo al son de la gaita y el tamboril, que resuenan por todas las callejas de la villa, mientras los mozos acuden en busca de la novia para llevarla hasta la iglesia.

A partir de aquí todo el pueblo celebra el enlace con un convite en la plaza Vieja, que precede al tálamo u ofrenda de regalos a los novios en la plaza del Solano y al tradicional banquete de bodas.