Cada año, cuando comienza el curso escolar, la Policía Local acude a los entornos de los centros educativos con uno de sus perros antidroga. Lo hace como medida de prevención y vigilancia, como un aviso a navegantes para los que llegan nuevos a cada centro, sobre todo, para que les vean y sepan que existe un equipo que se dedica a controlar la tenencia y consumo de drogas en la vía pública. Es una actividad que realizan durante todo el año, pero ahora, además, han decidido reforzarla con motivo del final de curso.

Porque, según indican fuentes policiales, los propios profesores les han avisado de que hay alumnos que se desmadran con la inminente llegada de las vacaciones escolares y retoman el hábito de consumir. Así, en las últimas semanas, la policía local y uno de sus perros antidroga, Jimi o Urko indistintamente, han pasado por las puertas y alrededores de los institutos de Secundaria. El control en el interior corresponde a cada centro educativo.

Quienes ya les conocen han cambiado sus hábitos y, si antes consumían en la calle durante los recreos, ahora lo hacen antes de que den comienzo las clases. Por eso, la brigada antidroga pasa cada semana por los centros, tanto a primera hora como durante los recreos. Y el refuerzo ha dado resultado porque tanto esta semana como la pasada, han realizado denuncias por tenencia y consumo.

Si el que lleva o consume drogas es mayor de edad, se avisa a los padres y, si es menor, a los padres y al centro educativo. La sanción es la misma, 601 euros, que con el pronto pago se quedaría en la mitad y que los menores pueden evitar voluntariamente sometiéndose a otro tipo de controles.

Además, la brigada antidroga compatibiliza esta vigilancia con la que realiza en los autobuses escolares que proceden de otras poblaciones. En este caso, se sitúa en las entradas de la ciudad y revisa el vehículo por si hubiera droga en las mochilas o algún alumno la llevara. Todo sin tocar nada ni a nadie, porque los perros policía solo huelen y marcan a la persona u objeto donde han percibido que hay droga, es decir se paran y se colocan a su lado.

Y a su vez, para que todos los alumnos conozcan a la brigada canina antidroga, durante el curso son muchos los centros educativos que les invitan a participar en demostraciones, también para que vean a la policía local como una figura cercana. Todo tiene el mismo objetivo, el de alejar las drogas de los centros educativos y sus alumnos.