Es una ironía de Ramón, que no vive con su mujer en Barajas, sino encima de McDonald´s y lo que tienen en la azotea desde luego no es un avión, sino una máquina de aire acondicionado que provoca un insistente ruido. "Tanto que casi me separo de Puerto". El buen humor parece la receta de esta joven pareja de músicos contra el runrún que empezó a denunciar en el ayuntamiento hace ya casi dos años y que ha terminado en denuncia por prevaricación contra el alcalde.

José Luis Díaz dictó en marzo un decreto de cierre del restaurante por carecer de licencia de apertura al no tener permiso de la comisión regional de actividades clasificadas. Creyeron haberse librado del ruido, pero un día antes del señalado para su clausura, el alcalde emitió un escrito que lo suspendía hasta nueva medición del ruido.

Eso fue el 8 de abril y en mayo vieron colmada su paciencia: denunciaron a Díaz en el juzgado por incumplir su propio decreto de cierre con un mero escrito sin que hubieran cambiado las condiciones por las que ordenó la clausura. "Que cierre o no cierre nos da igual, pero que lo arreglen y si hemos puesto denuncia al alcalde es porque hemos perdido toda su credibilidad".

La nueva medición se produjo finalmente este miércoles y por fin los técnicos municipales y de McDonald´s han detectado el origen del ruido. El avión ha resultado ser la vibración que produce el ventilador de uno de los aparatos del aire sobre la azotea. Puerto y Ramón tienen prisa porque en verano llega su primer hijo y no quieren más aviones sobre sus cabezas.